salud respiratoria

Derrame pleural: síntomas, diagnóstico y terapia.

introducción

Como se analizó en el artículo anterior, el derrame pleural describe una afección patológica caracterizada por la acumulación de líquido dentro de la cavidad pleural, responsable de las dificultades respiratorias y el dolor torácico.

En este artículo, la atención se centrará en los síntomas causados ​​por el derrame pleural, en las técnicas de diagnóstico útiles para la evaluación de la enfermedad y en las estrategias terapéuticas dirigidas a su tratamiento.

Los síntomas

El síntoma principal, que se encuentra en la mitad de los pacientes con derrame pleural, es la disnea. Este trastorno parece originarse por la coexistencia de varios factores mecánicos: depresión del diafragma ipsilateral, depresión del espacio pleural, depresión del mediastino y del pulmón.

Los síntomas clásicos que acompañan al derrame pleural se resumen a continuación:

  • Disnea (hambre de aire, dificultad para respirar)
  • Dolor de pecho
  • Tos seca / irritante

El dolor torácico a menudo se describe como una perforación, que tiende a exacerbarse durante la respiración.

La hipoxia, la hipercapnia y la taquipnea constituyen una tríada de signos que a menudo se aproximan a los descritos anteriormente, aunque con menos frecuencia.

Además de estos prodromes, el paciente que sufre de derrame pleural también puede quejarse de síntomas relacionados con una posible enfermedad subyacente. Por ejemplo, algunos pacientes reportan dolor de pecho anormal, fiebre, ascitis, respiración acelerada, falta de aliento, sollozos, anemia y disminución del peso corporal. Sólo en raras ocasiones, el derrame pleural es completamente asintomático.

Cuando el derrame pleural no se trata adecuadamente, la sintomatología puede ser complicada y el paciente puede sufrir daño pulmonar permanente. Además, un líquido pleural infectado (empiema) puede convertirse en absceso, y el derrame pleural por sí mismo puede inducir neumotórax.

diagnóstico

El derrame pleural debe ser descrito en su apariencia y su olor.

  1. Líquido pútrido → la probabilidad de una infección bacteriana, sostenida en particular por los anaerobios, es muy alta: en este caso se habla de empiema .
  2. Líquido del derrame pleural lactecente o turbio → se llama chilorotace, o la presencia anormal del kilo dentro de la cavidad pleural.
  3. Fluido de sangrado derrame pleural → se procede a la medición del valor de hematocrito del líquido pleural. Si este valor es> 50% en comparación con la sangre periférica, se llama hemotórax, que requiere un drenaje inmediato.
  4. Líquido seroso: el líquido seroso acumulado dentro de la cavidad pleural puede desencadenar una condición clínica conocida como hidrotórax . El pago seroso es una expresión de cirosiascitica.

Para hablar sobre el derrame pleural real, la cantidad de líquido acumulado en la cavidad pleural debe alcanzar al menos 300-500 ml.

Las PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO más comúnmente utilizadas para determinar un derrame pleural son:

  • TAC de tórax: útil para identificar las causas desencadenantes. Esta prueba de diagnóstico también se utiliza como una guía para colocar el catéter en la cavidad pleural.
  • Radiografía de tórax
  • Análisis del líquido pleural.
  • Toracentesis: prueba diagnóstica que implica el análisis de una muestra de líquido pleural extraída de una aguja insertada directamente en la cavidad pleural. Este examen, realizado bajo anestesia local, permite distinguir un derrame exudativo de uno transudativo.

Nota

Aunque la toracocentesis es una buena prueba diagnóstica, es importante recordar los riesgos que pueden lograrse mediante análisis repetidos similares: el neumotórax y el empiema son las complicaciones más comunes.

Como alternativa a la toracentesis, para los pacientes más sensibles es posible optar por un pequeño drenaje pleural, útil para fines diagnósticos y terapéuticos.

  • Ultrasonografía: prueba de diagnóstico útil para localizar las microversiones pleurales y actuar como guía para las maniobras de toracentesis.
  • Biopsia guiada por TC (útil en caso de aparición de lesiones identificables)
  • videotoracoscopia
  • Espirometría: investigación diagnóstica típica utilizada para las pruebas de función respiratoria. La espirometría también está indicada para analizar las posibles repercusiones funcionales de un derrame pleural.

terapia

El objetivo principal de la terapia de derrame pleural es, sin duda, la mejora de la disnea y las dificultades respiratorias en general. Para lograr este fin, es necesario extraer el líquido pleural y curar el factor desencadenante. Otro objetivo muy importante es prevenir las recaídas.

Además de con fines de diagnóstico, la toracentesis puede utilizarse como método terapéutico en caso de derrame pleural grave.

Se recomienda que el paciente se someta a este tratamiento solo en caso de derrame pleural grave y complicaciones, como niveles reducidos de oxígeno, dolor persistente y dificultades respiratorias graves.

En pacientes con cáncer de pulmón asociado con derrame pleural, se recomienda iniciar la terapia mediante la realización de una toracentesis. La eliminación del líquido acumulado permite la expansión del pulmón, facilitando así la respiración. Alternativamente, es recomendable proceder con la colocación de un drenaje pleural, útil para la mejora de la sintomatología. Claramente, los pacientes con cáncer tendrán que seguir una quimioterapia y / o terapia de radioterapia dirigida a matar las células cancerosas. Sólo más tarde se puede realizar una toracoscopia (con biopsia de la pelvis) y una pleurodesis.

En casos leves (derrame pleural deficiente, de tipo transudativo), es aconsejable proceder con un tratamiento sintomático; eventualmente es posible someter al paciente a oxigenoterapia, también administrando diuréticos.

En el caso de que el derrame pleural sea causado por lesiones bacterianas, se recomienda administrar antibióticos de amplio espectro (penicilinas, cefalosporinas, etc.) o seguir una terapia antibiótica dirigida (en caso de aislamiento de patógenos). La eliminación del patógeno también dará lugar a la curación del derrame pleural y la curación del paciente afectado.

Ver también: Medicina del cuidado pleural: »