El olor de las heces se relaciona principalmente con los procesos putrefactos que afectan a los aminoácidos que se escapan de la absorción intestinal. De hecho, estos nutrientes son interceptados por bacterias del colon, que se someten a un proceso de descarboxilación que produce las siguientes aminas tóxicas:
arginina → agmatina
cistina y cisteína → mercaptano
histidina → histamina
lisina → cadaverina
ornitina → putrescina
tirosina → tiratina
triptófano → indol y caja
Muchas de estas sustancias le dan a las heces un olor particularmente desagradable.
La diarrea y las heces de los vegetarianos son poco malolientes.
Las heces de peces o espermatozoides son características de la disentería bacilar, el cólera y, en general, la mucorrea.
En resumen, el olor de las heces se ve influenciado por los hábitos alimenticios (cantidad de proteínas, alimentos aromáticos como el ajo o las cebollas, etc.), la flora bacteriana intestinal, el estado de salud y los hábitos particulares (como fumar o masticar tabaco). . En general, el consumo de comidas pequeñas y bien balanceadas, sin asociar cantidades importantes de alimentos "incompatibles" (ver dieta disociada), ayuda a optimizar los procesos digestivos, reduciendo la incidencia de trastornos como el meteorismo y la flatulencia, y dando a las heces una olor sui generis
Vale la pena someterse a atención médica en todos los casos en que el olor defectuoso de las heces se acompañe de síntomas como heces negras, catramosas o pálidas, presencia de sangre, fiebre, escalofríos, fuertes calambres abdominales, abundante presencia de moco en las heces y pérdida de peso.