¿Qué es la amigdalitis?

La amigdalitis es la inflamación de las amígdalas, con referencia particular a las amígdalas palatinas, dos órganos ovoides, de aproximadamente 2, 5 a 3, 5 cm de largo y dos de ancho, formados por tejido linfoide y colocados en los lados de la garganta, justo detrás. y por encima de la base de la lengua. La tarea de las amígdalas es proteger al individuo de las bacterias y virus que ingresan al cuerpo a través de la boca y la nariz; solo la presencia masiva de estos patógenos determina el fenómeno inflamatorio conocido como amigdalitis; en particular, la enfermedad es generalmente de origen viral (alrededor del 70% de los casos), mientras que más raramente es causada por bacterias.

causas

Entre los muchos virus que pueden causar amigdalitis, mencionamos el Adenovirus, los Rhinovirus responsables del "resfriado común", el virus de Epstein Barr responsable de la mononucleosis, pero también el VIH y el enterovirus.

Entre las bacterias involucradas en la génesis de la amigdalitis, especialmente en la infancia, Streptococcus pyogenes se aísla frecuentemente; Si no se trata adecuadamente, este microorganismo "infame", también conocido como SBEA o Streptococcus β hemolytic group A, puede dar lugar a complicaciones de cierta importancia (supurativa: otitis, sinusitis, absceso peritonsillar) o con ausencia de pus, enfermedad reumática. inflamación de los riñones -). Como resultado, mientras que en la mayoría de los casos solo es suficiente el tratamiento en el hogar con medicamentos de venta libre, los antibióticos pueden ser necesarios en presencia de amigdalitis bacteriana.

Síntomas y diagnostico

En profundidad: síntomas de amigdalitis.

La amigdalitis se manifiesta con una serie de síntomas generales y específicos, entre los que destaca la protuberancia uniforme de las amígdalas, con agujeros en su superficie, de los que emerge material blanquecino; La hiperemia local puede ser evidente con el enrojecimiento de la misma. Los síntomas específicos incluyen fiebre, dolor de garganta, disminución de la voz, dolor al tragar, dolor de cabeza, malestar y náuseas, con ganglios linfáticos inflamados en el cuello y ganglios linfáticos submandibulares.

Se debe sospechar la presencia de amigdalitis estreptocócica en caso de síntomas repentinos, con dolor al tragar que se irradia al oído y se asocia con ganglios linfáticos inflamados en el cuello y ausencia de congestión nasal.

McIsaac puntúa por la sospecha clínica de faringoamigdalitis estreptocócica

Se asigna un punto por cada respuesta positiva; todos los puntos se suman y se obtiene una puntuación final que puede variar de 0 a 5. En caso de una puntuación baja (0-1), es poco probable que haya una infección por S. pyogenes; sin embargo, en el caso de puntuación alta (4-5), el diagnóstico de faringotonsilitis estreptocócica es mucho más probable. Usar el puntaje solo no es suficiente para hacer un diagnóstico definitivo.

Solo la ejecución de un hisopo faríngeo relacionado con un inmunoensayo enzimático de la SBEA, permite formular un cierto diagnóstico diferencial entre la amigdalitis viral en lugar de la bacteriana. En este sentido, hay un examen específico que proporciona resultados en unos pocos minutos; sin embargo, en algunos casos pueden requerirse tiempos más largos, necesarios para realizar diversos tipos de exámenes culturales.

Contagio y factores de riesgo.

La amigdalitis es particularmente común en niños en edad escolar, mientras que es menos común en niños mayores de 12 años. La transmisión de la enfermedad es particularmente rápida en entornos limitados, como escuelas e instalaciones de cuidado infantil, donde las personas están en contacto cercano. El riesgo de infección es mayor para las formas virales, mientras que la amigdalitis por estreptococos se transmite solo a través del contacto cercano durante la fase inicial de la enfermedad (incluso considerando que estos gérmenes a menudo están presentes en el individuo de manera silenciosa).

Cuidado y prevención

Profundización: Fármacos para el tratamiento de la amigdalitis.

La terapia con antibióticos (generalmente con amoxicilina) es efectiva solo en caso de infección bacteriana, nada contra las formas virales. Por lo tanto, es muy importante que el médico utilice una prueba rápida (llamada RAD) antes de decidir la estrategia terapéutica apropiada, evitando, por lo tanto, acumular retrasos peligrosos o emprender terapias innecesarias y / o dañinas (por ejemplo, resistencia a los antibióticos, debilitamiento del organismo, desperdicio de recursos económicos).

La amigdalitis se beneficia del descanso y la ingesta generosa de líquidos, preferiblemente calientes, como sopas, caldos, leche y té. Los medicamentos antiinflamatorios (paracetamol o ibuprofeno) se pueden tomar por recomendación de un médico o farmacéutico para reducir la fiebre y el dolor; en este sentido, es bueno recordar la prohibición de administrar aspirina a niños menores de 12 años y la inutilidad de los antibióticos para las formas virales.

Es posible que un sujeto sea particularmente susceptible a contraer estas infecciones; en este caso hablamos de amigdalitis crónica o recurrente, asociada o no a un agrandamiento (hipertrofia) de las amígdalas. Ambas situaciones pueden constituir una indicación de la extirpación quirúrgica de la misma (amigdalectomía). En este sentido, recuerde cómo las amígdalas infantiles previenen infecciones también gracias a una función inmunológica directa (producción de anticuerpos), que sigue siendo importante hasta los 4 a 6 años de vida. Por este motivo, incluso en presencia de amigdalitis recurrente, en las últimas décadas se ha producido una reducción drástica de tales intervenciones, que en la actualidad solo se practican cuando los síntomas son tan graves que interfieren con las actividades diarias normales. Este caso incluye una complicación llamada "apnea obstructiva del sueño por hipertrofia adenotonsillar", debido a la obstrucción mecánica (hipertrofia de las amígdalas) que se crea, reduciendo o incluso interrumpiendo temporalmente el flujo respiratorio normal. La cirugía de amigdalectomía es generalmente ambulatoria.

En el área preventiva, la recomendación es abstenerse de fumar, ya sea activo o pasivo, para evitar la exposición directa a los gases de escape y para mantener la correcta humidificación del ambiente doméstico. Para prevenir la propagación de la enfermedad, es importante aislar al paciente, evitando el uso mixto de vasos, cubiertos y pañuelos. Finalmente, recordamos que el lavado de manos frecuente es la mejor manera de prevenir todo tipo de infecciones, incluida la amigdalitis.

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