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TAC

El TAC, acrónimo de tomografía axial computarizada, es una técnica de diagnóstico que explota la radiación ionizante para obtener imágenes detalladas de áreas específicas del organismo.

Sin embargo, el procedimiento con el que se obtienen estas imágenes es diferente del de la radiología tradicional.

Mientras que la imagen de rayos X clásica es el resultado de la transformación analógica de una realidad tridimensional y bidimensional, en la tomogroafia computarizada la imagen experimenta una transformación de analógico a digital.

Durante una tomografía computarizada, la radiación electromagnética pasa a través del paciente y es captada por los detectores (pequeñas cámaras de ionización). De esta manera se obtiene una señal eléctrica que, después de ser elaborada por algoritmos muy complicados, proporciona imágenes detalladas del cuerpo. Si es necesario, estas imágenes se pueden reconstruir en un modelo tridimensional.

Para obtener información detallada sobre áreas específicas del organismo es necesario realizar una radiografía de la sección desde múltiples ángulos. De este modo, el haz de rayos X se proyecta siguiendo en sucesión numerosas trayectorias diferentes.

Por esta razón, el adjetivo "axial", referido a la proyección del haz a lo largo del plano homónimo, como estaba en los primeros prototipos, es inapropiado porque está obsoleto. Hoy en día, debido a la naturaleza transversal de las exploraciones, ya no hablamos de TAC (tomografía axial computarizada) sino de CT (tomografía computarizada). Dado que el antiguo término TAC todavía se usa en lenguaje común, continuaremos usando este término antiguo de manera inapropiada para el resto del artículo.

El equipo consiste en una unidad de exploración llamada pórtico, un generador, una cama de paciente, una computadora electrónica, una consola de control donde se muestran las imágenes y, finalmente, un sistema para registrar los datos adquiridos.

El TAC se puede utilizar sin y con contraste.

Los agentes de contraste son sustancias que, introducidas en el organismo (las rutas de administración pueden variar), absorben más o menos intensamente las radiografías con respecto a los tejidos y los parenquimios, contrastándolos artificialmente. Gracias a estos medios de contraste es posible, por ejemplo, obtener imágenes detalladas de la luz intestinal, de los vasos y del cerebro, abdomen, tórax y pelvis.

En los últimos años, el equipo ha evolucionado considerablemente y ha dado lugar a nuevas variantes como el TAC de múltiples capas y el TAC en espiral. Este último, en particular, permite la adquisición rápida de imágenes bastante nítidas y poco sensibles a los movimientos cardíacos y respiratorios. La cama ya no se mueve solo entre una exploración y otra, sino que está en movimiento continuo junto con el tubo de rayos X y los dictadores que realizan movimientos continuos con una hélice (espiral).

El TAC multicapa representa una evolución adicional de la TC en espiral. Gracias a esta técnica, el cuerpo humano está prácticamente "cortado" en muchas capas submilimétricas (hasta 160 por segundo) que, reelaboradas por la computadora, proporcionan imágenes tridimensionales e indicaciones sobre la funcionalidad de la estructura anatómica examinada.

El TAC es particularmente útil en el estudio de estructuras esqueléticas, incluso si, para pequeñas articulaciones (hombro, codo, muñeca, manos, rodilla, pie), es preferible usar resonancia magnética. El uso del TAC se vuelve indispensable para analizar las fracturas o sus resultados (para evaluar, por ejemplo, la posición de los fragmentos de fractura).

La tomografía computarizada se usa para visualizar los efectos de los traumas craneales, con especial atención a la presencia de cualquier sangrado.

El TAC se usa a menudo en el campo de la oncología y, gracias a los desarrollos recientes, se está extendiendo cada vez más en la evaluación de áreas corporales difíciles de investigar, como los vasos sanguíneos, los bronquios, las estructuras internas del corazón y el colon (la llamada colonoscopia virtual puede ser utilizado como un reemplazo para la colonoscopia tradicional).

¿Cómo funciona?

Cuando un rayo de rayos X cruza nuestro cuerpo, es frenado por las diferentes estructuras anatómicas. En particular, esta viga se atenúa más a medida que las estructuras más densas se cruzan. Al construir un dispositivo capaz de capturar estas diferencias, es posible reconstruir artificialmente una imagen detallada de la sección transversal.

La TC, a diferencia de la radiografía tradicional, utiliza una poderosa computadora matemática que también puede evaluar la menor pérdida de intensidad del haz y también diferenciar las estructuras con diferencias de densidad moderadas.

EJECUCION DEL EXAMEN

Excepto en algunos casos, como la colonoscopia virtual o la TC con medios de contraste, no se requiere una preparación especial para el examen.

Se hace que el paciente se siente en el vestidor y se le invita a quitarse la ropa del área del cuerpo para investigar. El sujeto también debe tener cuidado de remover cualquier objeto metálico que pueda interferir con los resultados del examen (cinturones, anillos, relojes, etc.). Una vez listo, el paciente se coloca en la cama en la posición requerida por el examen (supino, boca abajo, lateral, etc.).

Al igual que la fotografía normal durante la tomografía computarizada, los movimientos del cuerpo deben minimizarse para evitar imágenes borrosas. El paciente seguirá recibiendo las instrucciones adecuadas del radiólogo, como la invitación a contener la respiración varias veces durante pequeños intervalos de tiempo. Si el paciente es un niño, el médico puede decidir darle un sedante para calmarlo y mantenerlo quieto durante el examen.

A medida que avanza el examen, la cama avanza pequeños intervalos a través del escáner. En cambio, la TC en espiral proporciona que durante las exploraciones la cama esté en movimiento continuo. Esta técnica moderna tiene la gran ventaja de minimizar los tiempos de examen y puede escanear todo el cuerpo en unos pocos segundos.

Peligros y desventajas del TAC

Las radiografías proyectadas por el equipo durante el examen no son dolorosas. La mayor incomodidad para el paciente proviene de la necesidad de permanecer inmóvil durante mucho tiempo en el sofá (para el TAC en espiral, estos tiempos se reducen a unas pocas decenas de segundos o menos).

Si se realiza una tomografía computarizada con un agente de contraste intravenoso inmediatamente después de la inyección, puede aparecer una leve sensación de ardor local, un sofoco y un sabor metálico en la boca. Estas son sensaciones comunes que normalmente duran unos pocos segundos. El agente de contraste no es dañino y solo en casos raros puede desencadenar reacciones alérgicas. Aunque todavía es muy bajo, este riesgo es más tangible si el paciente sufre de asma, alergias u otras afecciones patológicas, como diabetes y problemas cardíacos o de la tiroides.

El único problema está representado por las radiaciones ionizantes que, a pesar de ser administradas en dosis muy bajas, son perjudiciales para el cuerpo. Durante un embarazo determinado o sospechado, es muy importante que comunique su afección al médico, quien puede decidir posponer el examen o elegir una investigación diagnóstica alternativa.

Por la misma razón, cuando es posible, intentamos adoptar otras herramientas de diagnóstico que no requieren el uso de radiación ionizante, como ultrasonido o resonancia magnética. Finalmente, recuerde que, a diferencia de este último, el TAC se puede realizar incluso en presencia de marcapasos o desfibriladores internos.