fisiología

lipasa

generalidad

Las lipasas son enzimas solubles en agua que catalizan la digestión de los lípidos de los alimentos, dividiendo el enlace éster que une los grupos hidroxilo del glicerol a los ácidos grasos de cadena larga.

En ausencia o falta de lipasa, la absorción de las grasas no se produce correctamente y parte de los lípidos de los alimentos pasa a las heces y causa esteatorrea (abundante emisión de excrementos pastosos, aspecto brillante y brillante).

resumen

A diferencia de las amilasas, que solo son secretadas por las glándulas salivales en el tracto superior del tracto digestivo, las lipasas se liberan tanto en la cavidad oral como en la gástrica.

Además, la lipasa lingual, que se secreta en la región posterior de la lengua, es activa en un amplio espectro de pH (2-6) y, por lo tanto, puede continuar su actividad también en el pH ácido del estómago (a diferencia de la ptialina, que funciona preferentemente para pH entre 6, 7 y 7).

Digestión de las grasas

Las lipasas gástricas y linguales atacan los triglicéridos (que representan aproximadamente el 90-98% de los lípidos de los alimentos), separando un ácido graso y produciendo, por lo tanto, diacilgliceroles (glicerol esterificado con 2 ácidos grasos) y ácidos grasos libres. En dos o tres horas, cuando los alimentos permanecen en el estómago, las lipasas orales y gástricas pueden dividirse en aproximadamente el 30% de los lípidos de los alimentos.

La fuente más importante de lipasa, sin embargo, sigue siendo la pancreática, por lo que la esteatorrea mencionada anteriormente es típica de todas aquellas condiciones que disminuyen la funcionalidad del páncreas.

Los productos finales derivados de la acción de la lipasa pancreática son monoglicéridos (2-acilgliceroles) y ácidos grasos libres; a diferencia de la lipasa salival, que separa solo un ácido graso, de hecho, la lipasa pancreática puede separar ambos ácidos grasos de los hidroxilos primarios (carbono 1 y 3) del glicerol. El 2-acilglicerol, así obtenido, se isomeriza espontáneamente en forma alfa (3-acilglicerol) y, por lo tanto, puede ser atacado nuevamente por una lipasa que lo divide en glicerol más un ácido graso libre.

La actividad de las lipasas pancreáticas es asistida por las enzimas de la colipasa secretadas por el páncreas, que favorecen su adhesión a las gotas de grasa. No solo eso, para que se produzca una digestión óptima de las grasas, es necesaria la intervención de la bilis producida por el hígado que, en sinergia con los movimientos peristálticos, conduce a la emulsión de las grasas, dividiendo los agregados de lípidos en gotitas muy finas fácilmente atacadas por lipasa.

Lo que sucede en el intestino delgado es un paso fundamental en el proceso digestivo de las grasas, ya que solo los monoglicéridos y los ácidos grasos libres pueden ser absorbidos por la mucosa intestinal.

Por este motivo, podemos tener esteatorrea incluso en presencia de enfermedad hepática o resecciones intestinales grandes.

Además de la lipasa, el páncreas también produce una fosfolipasa (llamada fosfolipasa A2) y una carboxilesterasa. El primero elimina preferentemente el ácido graso en la posición dos de los fosfolípidos, produciendo ácidos grasos libres y lisofosfolípidos, mientras que la carboxilesterasa escinde los ésteres de colesterol, vitaminas liposolubles, triglicéridos, diglicéridos y monoglicéridos.

Otras lipasas son producidas por el hígado, el endotelio vascular y dentro de las células, como las lipasas lisosomales y homo-dependientes.

Absorción y distribución de grasas.

Una vez absorbidos, los ácidos grasos y otros productos de la digestión se reconvierten en triacilgliceroles y se agregan a proteínas de transporte específicas, originando pequeños grupos de lipoproteínas llamadas quilomicrones. Estos se vierten en la circulación linfática y luego en el torrente sanguíneo, luego se transportan al músculo y al tejido adiposo. En los capilares de estos tejidos, la enzima lipoproteína-lipasa extracelular, hidroliza los triacilgliceroles a ácidos grasos y glicerol, que entran en las células diana. En los de tipo muscular, los ácidos grasos se oxidan para producir energía, mientras que en las células diana del tejido adiposo se reesterifican a triacilgliceroles para conservarlos como grasa de reserva.

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