La ambliopía puede ser reversible si se diagnostica y se trata desde la primera infancia. De lo contrario, puede llevar a un deterioro permanente de la visión y al desarrollo psicofísico normal del niño. Puede ser difícil para un padre darse cuenta de que uno de los ojos de su hijo tiene algún problema, ya que puede parecer aparentemente normal.
Por este motivo, se recomiendan revisiones oculares periódicas durante los primeros 5 a 6 años de edad, especialmente si el niño tiene factores de riesgo (por ejemplo, familiaridad, enfermedad materna durante el embarazo, estrabismo y cataratas congénitas) o en el caso Donde se observan anomalías particulares del ojo.
