drogas

¿Por qué no tomar alcohol con drogas?

El alcohol, más correctamente llamado etanol o alcohol etílico, aumenta los efectos secundarios y altera el funcionamiento de muchas drogas. Por ejemplo, los bebedores habituales eliminan más rápidamente no solo el etanol ingerido, sino también en el hígado, que son procesados ​​por el mismo sistema enzimático que metaboliza el etanol. Sin embargo, en el caso de la administración simultánea de alcohol y medicamentos, el riesgo es una sobredosis de este último, ya que parte de los sistemas de desintoxicación del hígado participa en la eliminación del alcohol etílico.

Los mayores riesgos se toman al tomar alcohol junto con drogas que actúan directamente sobre el sistema nervioso, como las drogas para la depresión, las enfermedades psiquiátricas, la ansiedad, la epilepsia o el insomnio. De hecho, incluso cuando se toma en pequeñas dosis, el alcohol puede aumentar los efectos sedantes producidos por estos medicamentos (nivel reducido de vigilancia, deterioro del juicio y criticidad, cambios más o menos graves en el estado de ánimo hasta el coma en los casos d). abuso importante). No es sorprendente que, en la historia, el alcohol y los cócteles barbitúricos hayan sido responsables de la muerte accidental o el suicidio de varias personas famosas.

Otras interacciones notables:

  • Alcohol y analgésicos (medicamentos para controlar el dolor): mayor riesgo de hemorragia gástrica asociada con el uso de AINE; mayor riesgo de daño hepático por sobredosis de paracetamol (paracetamol).
  • Alcohol y antibióticos (en particular cefalosporinas): aumento de las enfermedades típicas asociadas con la resaca, como enrojecimiento de la piel y tórax, sofocos, cefaleas, vómitos, hipotensión y palpitaciones. La asociación de alcohol y antifúngicos no se recomienda por las mismas razones.
  • Alcohol y antihistamínicos (medicamentos para la alergia): aumento de la somnolencia causada por estos medicamentos.
  • Alcohol y antihipertensivos (medicamentos para la presión arterial alta, como inhibidores del as, bloqueadores beta, diuréticos y nitratos): la ingesta simultánea de alcohol puede causar taquicardia repentina y aumento repentino de presión.
  • Alcohol y broncodilatadores (medicamentos para el asma): mayor riesgo de náuseas, vómitos, irritabilidad y dolor de cabeza.
  • Alcohol y narcóticos (medicamentos para anestesia): aumento del efecto narcótico, hasta el coma y la muerte.
  • Alcohol y estatinas (medicamentos para el colesterol alto): mayor riesgo de toxicidad para el hígado.
  • Alcohol y sulfonilureas (medicamentos para la diabetes): mayor riesgo de hipoglucemia.
  • Alcohol y warfarina (medicamentos anticoagulantes): mayor riesgo de sangrado (intoxicación aguda) y menor eficacia del medicamento (en bebedores crónicos).

Incluso la asociación de alcohol a suplementos no es recomendable; por ejemplo, la asociación de alcohol y valeriana puede aumentar el efecto sedante de este último, mientras que la asociación de etanol y cafeína puede aumentar los efectos gástricos.

Dado que incluso el consumo moderado de bebidas alcohólicas puede inducir interacciones peligrosas con muchas drogas, se recomienda, especialmente para las mujeres y los ancianos, para quienes el riesgo es aún mayor, consultar a un médico o farmacéutico para obtener más información. Y una información más específica.