El hisopo vaginal es una prueba de diagnóstico destinada a encontrar microorganismos responsables de las infecciones de la vagina o el cuello uterino. El examen utiliza un sencillo y sutil.
El hisopo vaginal es, por lo tanto, una herramienta ampliamente utilizada en el diagnóstico de enfermedades venéreas (de transmisión sexual), también muy útil para evaluar el tratamiento más adecuado para erradicar el patógeno identificado.
Si se requiere un hisopo cervical (por ejemplo, para el diagnóstico de micoplasma y clamidia), es necesario el espéculo, una herramienta especial que dilata ligeramente la abertura vaginal para favorecer la eliminación de la secreción del canal cervical.
Preparación para hisopo vaginal.
Para no socavar el resultado del examen, es bueno:
abstenerse de tener relaciones sexuales dentro de las 24 horas que lo preceden;
suspender cualquier tratamiento antibiótico y antimicótico en la semana anterior;
evite la irrigación vaginal, las terapias locales en la vagina (óvulos, bujías incandescentes, etc.) y el baño en el baño dentro de las 24 horas anteriores al examen;
Abstenerse de la higiene íntima en la mañana del examen.
Además:
El retiro debe realizarse con unos días de antelación y tarde, respectivamente, desde el comienzo y el final de la menstruación.
Frotis vaginal en el embarazo
Si está planeando un embarazo, o si acaba de llegar, el ginecólogo puede realizar un frotis vaginal para verificar que la mujer no sufra infecciones, debido, por ejemplo, a hongos (como Candida) o protozoos (Trichomonas), peligroso para Su salud y la del feto. Posteriormente, hacia la trigésima sexta semana, se realiza una nueva muestra vaginal para buscar otros microorganismos, y en particular el estreptococo betahemolítico, que podría causar infecciones neonatales. En este caso, el tampón también se realiza a nivel rectal y se acompaña de un cultivo de orina para buscar una posible infección urinaria.