Las pulgas pueden saltar de un animal a otro, sin embargo, los perros y los gatos se infestan más fácilmente cuando asisten a lugares donde están en el suelo esperando a un huésped. Por lo tanto, tanto los parásitos presentes en el animal como los del ambiente deben ser controlados.
Para tratar con eficacia a nuestros amigos de cuatro patas, los productos deben tener una capacidad rápida para matar pulgas y un efecto de larga duración (actividad residual) para prevenir la re-infestación. Para detener el ciclo de vida, los insectos adultos deben eliminarse antes de desovar. Algunos insecticidas están disponibles en forma "puntual": un volumen muy pequeño del líquido que contiene el insecticida se deposita en la piel del animal, generalmente entre los omóplatos, y luego se propaga al resto de la superficie corporal en 24 horas.
Otros perros o gatos que comparten el mismo ambiente, especialmente los mismos lugares de descanso, son una fuente importante de nuevas infestaciones. Por esta razón, es importante tratar siempre a todos los animales que cohabitan con regularidad.
