salud intestinal

Los síntomas de la fístula anal

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definición

Una fístula anal es una lesión tubuliforme que presenta un orificio en el canal anal y la otra (generalmente) en la superficie de la piel perianal. Este canal puede formarse espontáneamente o representar la complicación de varias afecciones patológicas que pueden afectar a la región anorrectal.

En la mayoría de los casos, la formación de una fístula anal es la consecuencia del drenaje de abscesos recurrentes debido a una infección purulenta aguda. Otras afecciones predisponentes son la diverticulitis o las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino (incluida la enfermedad de Crohn).

Una fístula anal también puede derivarse de tuberculosis, cáncer, traumatismo y neoplasia del tracto anal o rectal. A veces, esta lesión es congénita.

La mayoría de las fístulas se originan en las criptas anorrectales y conectan el interior del canal anal con el perineo.

Síntomas y signos más comunes *

  • astenia
  • Ardor anal
  • Dolor anal
  • Dolor pélvico
  • fiebre
  • Formación de pus
  • Hinchazon en anal
  • Comezón anal
  • Sangre del Arno
  • Sangre en las heces

Direcciones adicionales

Una fístula anal generalmente causa irritación alrededor del ano, picazón, ardor y, a veces, dolor.

Estos síntomas tienden a acentuarse durante la defecación y están acompañados por una secreción intermitente o constante de pus o material seroso de un pequeño orificio ubicado cerca del ano.

La fístula anal también puede causar pérdida de sangre y la suciedad de la ropa (a veces, el material secretado se ve afectado por las heces). El orificio cutáneo puede cerrarse espontáneamente durante un período variable, luego reabrirse y volver a segregar pus. En algunos casos, también puede ocurrir agotamiento, fiebre y dolor pélvico.

Si el proceso patológico de canalización progresa y se vuelve crónico, al involucrar la superficie perianal en diferentes puntos, puede causar un daño grave al esfínter. Además, las fístulas de larga evolución pueden predisponer a la formación de neoplasias.

El diagnóstico se basa en el examen físico y la sigmoidoscopia para excluir la enfermedad de Crohn. Tras la inspección, el proctólogo puede tener uno o más orificios secundarios, mientras que la palpación puede dar lugar a una lesión cordoniforme. Para definir el curso de la fístula anal e identificar cualquier extensión secundaria, el médico puede recurrir a una ecografía endoanal con una sonda.

La fístula anal a menudo requiere tratamiento quirúrgico. Si hay diarrea o enfermedad de Crohn, no se recomienda la fistulotomía debido a la curación tardía de la herida. En estos pacientes, es posible la terapia médica con antibióticos apropiados y medicamentos inmunosupresores.