Además de las numerosas referencias a las propiedades hipocolesterolémicas conocidas de las nueces, se puede encontrar cierta evidencia en la literatura sobre su efecto protector contra el cáncer de próstata.
Estos beneficios se deben principalmente a los fitoesteroles, moléculas muy similares al colesterol en las plantas. Esta analogía entre las dos moléculas hace que los fitoesteroles reduzcan los niveles de colesterol en la sangre, reduciendo la absorción de los lípidos en el intestino.
Además, algunos fitoesteroles tienen una estructura muy similar a la de las hormonas andrógenas (que se derivan al azar del colesterol). Por lo tanto, los fitoesteroles pueden unirse a los receptores de andrógenos; sin embargo, al no ser perfecto, este vínculo produce una respuesta endocrina mucho más limitada.
Ahora, debido a que muchos problemas prostáticos, como la hiperplasia benigna y el cáncer de próstata, se ven agravados por los altos niveles de andrógenos, la ingesta de fitoesteroles a través de las nueces podría ser una ayuda valiosa para la prevención de estas enfermedades.
No es sorprendente que algunos estudios pinten las nueces como una ayuda valiosa en la prevención del cáncer de mama. De hecho, muchas formas de cáncer de mama se ven favorecidas por los altos niveles de estrógenos, hormonas derivadas del colesterol por las cuales ciertos fitoestrógenos muestran una buena afinidad.
