El dolor que se experimenta durante la ejecución de un tatuaje es muy subjetivo: algunas personas apenas lo pueden tolerar, otras perciben solo una ligera molestia. Depende mucho de la experiencia del artista del tatuaje y de la técnica utilizada para hacer el tatuaje. Además, en cuanto a la sensación de dolor, las dimensiones del dibujo (cuanto más pequeño es, menos daño hará) y el grado de elaboración del mismo (si el trabajo requiere varias horas de procesamiento, será más difícil de tolerar).
Cuestión de anatomía
Otro aspecto que no se debe subestimar es el área en la que se decide grabar el diseño. De hecho, algunas partes del cuerpo son ricas en terminaciones nerviosas, por lo que el dolor percibido es más alto que en otras y debe tratarse con extrema delicadeza.
Entre las áreas donde es más difícil hacer un tatuaje están las rodillas, los codos y los tobillos. Las partes muy sensibles son ciertamente el cráneo, el cuello, la costilla, la columna vertebral y el área alrededor de los pezones. Las axilas, el muslo interno, la ingle y los pies también son muy dolorosos.
Las zonas menos dolorosas donde hacerse un tatuaje.
La ejecución de un tatuaje es menos dolorosa en aquellas áreas donde hay músculos más rígidos, como el exterior del bíceps y el antebrazo superior. El malestar es tolerable incluso en los muslos, escápulas, pectorales y abdominales.
