salud intestinal

Uso de enemas en la historia.

La búsqueda de una evacuación forzada mediante enemas encuentra un amplio espacio en la historia del hombre, desde los tiempos más antiguos. Durante varios siglos, las purgas, los enemas y las sales se han considerado el medio ideal para purificar el organismo de los efectos malignos que penetran desde el exterior.

El uso del enema ya estaba muy extendido en los días de los antiguos egipcios, para quienes representaba una de las prácticas terapéuticas más comunes. En ese momento, entre las diversas figuras médicas dedicadas a la asistencia personal de los faraones también se encontraba el "encargado del ano", un diputado a cargo de la administración de enemas y laxantes. Se cree que los médicos de la época se inspiraron en la cigüeña negra con un pico arqueado (Ibis); Esta ave, sagrada para los egipcios, cuando siente la necesidad, tiene el hábito de llenar su pico con agua y luego inyectarla en el intestino para limpiarlo.

Incluso en los pueblos latinos, el enema se ha seguido utilizando con fines terapéuticos, llegando a la Edad Media junto con purgas, eméticos y salassi. La creencia general mantenía tales prácticas útiles para curar enfermedades. El Rey Sol, por ejemplo, había adoptado el enema como una práctica de higiene diaria normal, tanto que el siglo XVII puede considerarse el período de máxima difusión de la práctica del enema en Europa, fuente de numerosas anécdotas históricas entre la comedia y el erotismo.

Con el advenimiento de la microbiología, la lucha contra las enfermedades comenzó lentamente a aprovechar las armas nuevas e importantes, en primer lugar la higiene personal. A pesar del aumento en el conocimiento científico, la práctica del enema como una guarnición terapéutica general se mantuvo en boga hasta mediados del siglo pasado; solo piense en el viejo hábito de tomar aceite de ricino o sal inglesa para purificar el cuerpo en cada cambio de estación.