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Síntomas de la pericarditis

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definición

La pericarditis es una inflamación del pericardio, el saco membranoso que envuelve el corazón.

La enfermedad puede tener un curso agudo o crónico.

La pericarditis aguda se desarrolla rápidamente, causando una reacción inflamatoria que dura unas pocas semanas. La forma crónica, en cambio, dura más de 6 meses y se desarrolla lentamente; Su principal característica es el derrame pericárdico.

Ocasionalmente, el proceso inflamatorio causa un marcado engrosamiento fibrótico del saco pericárdico que conduce a la constricción de las cavidades cardíacas (pericarditis constrictiva crónica).

La pericarditis puede ser causada por muchas dolencias. A menudo, se trata de infecciones virales (ecovirus, virus de la gripe, virus coxsackie B y VIH); Con menos frecuencia, el proceso inflamatorio involucra bacterias, hongos o parásitos.

La pericarditis puede ser la complicación de una endocarditis, enfermedades infecciosas del tracto respiratorio superior, neumonía e infecciones gastrointestinales.

La inflamación del pericardio también puede ocurrir debido a un traumatismo torácico, enfermedades autoinmunes (artritis reumatoide, LES y esclerosis sistémica), trastornos inflamatorios (amiloidosis y sarcoidosis), infarto de miocardio, neoplasias (cáncer de pulmón o mama, leucemia y metástasis de tumores) y trastornos metabólicos (uremia en insuficiencia renal, hipotiroidismo, etc.).

La pericarditis también puede ocurrir después de la cirugía cardíaca. En otros casos, la enfermedad es inducida por tratamientos que incluyen radioterapia, quimioterapia y el uso de fármacos inmunosupresores. A veces, la causa exacta no se puede identificar (pericarditis no específica o idiopática).

Síntomas y signos más comunes *

  • arritmia
  • ascitis
  • astenia
  • Aumento de la ESR
  • escalofríos
  • Quemadura retroesternal
  • palpitaciones
  • cianosis
  • Congestion hepatica
  • disfagia
  • disnea
  • Distensión de las venas del cuello.
  • Dolor de pecho
  • Dolor en la boca del estómago.
  • Dolor en el esternón
  • edema
  • hepatomegalia
  • acidez
  • fiebre
  • Fibrilación auricular
  • hipotensión
  • Hipotension ortostatica
  • ortopnea
  • palidez
  • Muñeca paradójica
  • Retención de agua
  • hipo
  • modorra
  • transpiración
  • taquicardia
  • taquipnea
  • Taponamiento cardiaco
  • tos
  • Derrame pericárdico
  • Derrame pleural

Direcciones adicionales

El síntoma más común de la pericarditis aguda es el dolor torácico sordo o agudo, urgente o opresivo. Esta sensación suele empeorar en posición supina, durante la inhalación, con el movimiento del tórax o con la deglución de los alimentos; en cambio, puede aliviarse sentándose y inclinándose hacia adelante.

El dolor puede irradiarse desde la región precordial o retrosternal del cuello, los hombros, el brazo izquierdo y la espalda.

Otros síntomas de la pericarditis incluyen: astenia, palpitaciones, taquipnea, disfagia e hipo. Si la pericarditis es causada por una infección, también pueden aparecer fiebre, escalofríos y sudoración.

Cuando se forma una acumulación de sangre serosa, líquido o purulento (derrame pericárdico) entre las dos láminas pericárdicas, se puede producir disnea, tos e hipotensión hasta un taponamiento cardíaco, con hipotensión, shock o edema pulmonar. El gasto cardíaco puede reducirse considerablemente y son posibles las alteraciones del ritmo.

La pericarditis constrictiva suele causar fatiga, disnea, ortopnea, congestión venosa, edema periférico, ascitis, distensión de las venas del cuello, hepatomegalia e hipertensión pulmonar.

El diagnóstico se basa en los síntomas, los cambios en el ECG y la presencia de un líquido pericárdico en las radiografías de tórax o en el ecocardiograma. La auscultación del corazón es característica del roce pericárdico (las capas del pericardio inflamado se rozan entre sí durante los latidos del corazón). Además, en presencia de derrame, los tonos cardíacos se atenúan.

Dependiendo del diagnóstico sospechado, se pueden realizar evaluaciones adicionales para identificar la causa: análisis de sangre, análisis inmunológicos y serológicos, aspiración del líquido pericárdico y biopsia pericárdica. ESR y PCR (índices de inflamación) a menudo son altos.

La terapia depende de la causa y puede incluir antibióticos o agentes antifúngicos en formas infecciosas bacterianas o fúngicas, medicamentos para el dolor y medicamentos antiinflamatorios. Algunos pacientes pueden recibir cortisona y diuréticos. Cuando la cantidad de derrame pericárdico es importante, el drenaje se utiliza a través de la pericardiocentesis. En el caso de la pericarditis crónica, por otro lado, puede ser necesaria la extirpación quirúrgica del pericardio (pericardiectomía).