nutrición

Aminoácidos sulfurados

Que y que son

Los aminoácidos sulfurados se caracterizan por la presencia de un átomo de azufre en su estructura.

funciones

La metionina, la cisteína, la cistina, la homocisteína y la taurina son ejemplos comunes de aminoácidos azufrados, pero solo los dos primeros participan en la síntesis de proteínas (la metionina, además, es un aminoácido esencial).

Los aminoácidos sulfurados también son importantes para la síntesis de glutatión, un poderoso antioxidante que, por casualidad, no se integra directamente, sino que utiliza N-acetil-cisteína. Este último también se puede convertir en taurina, un aminoácido esencial para los felinos pero también importante para los humanos, dada su presencia en altas concentraciones en diversos tejidos.

La taurina es parte de reacciones biológicas importantes, como la síntesis de sales biliares y el mantenimiento de la homeostasis hidrostática celular; También realiza una acción cardioprotectora, desintoxicante, inmunorreguladora y antioxidante.

Los aminoácidos sulfurados también son importantes para las reacciones de sulfanación o sulfatación, que ocurren en el hígado para hacerlos solubles, y luego se pueden eliminar con la orina, moléculas tóxicas de origen endógeno y exógeno.

Los aminoácidos sulfurosos se concentran particularmente en el cabello, donde contribuyen a su estructura y peinado, y a las uñas.

Fuentes alimenticias

Las fuentes naturales más ricas de aminoácidos azufrados son la clara de huevo, el pescado y las aves de corral; entre las fuentes de plantas recordamos el alga de la espirulina, el brócoli, las legumbres (donde generalmente representan aminoácidos limitantes ... de ahí la importancia de combinarlas con cereales), semillas de sésamo y calabaza.

Riesgos por exceso

Un exceso de aminoácidos azufrados, acompañado de una ingesta muy baja de carbohidratos, típica de las dietas cetogénicas, puede promover la movilización de calcio de los huesos.

Un exceso de cisteína, combinado con la falta de ácido fólico y betaína (una dieta rica en carne y productos lácteos, pero pobre en frutas y verduras frescas), aumenta los niveles en sangre de homocisteína, lo que aumenta significativamente el riesgo cardiovascular del sujeto.