salud

Quistes de tarlov

generalidad

Los quistes de Tarlov, también conocidos como quistes perineurales, son lesiones quísticas que contienen líquido cefalorraquídeo, que se forman a nivel de la columna vertebral, especialmente en el área sacra.

Muy a menudo, los quistes de Tarlov son asintomáticos y se identifican casi por casualidad durante otras pruebas de diagnóstico.

Como indicación, se estima que la incidencia de quistes de Tarlov en la población adulta es del 5%, pero solo el 1% de este porcentaje tiene la forma sintomática.

causas

Incluso hoy en día, las causas responsables de la formación de quistes de Tarlov siguen siendo un misterio, aunque hay muchas hipótesis.

Por ejemplo, algunos autores plantean la hipótesis de que los quistes de Tarlov pueden ser causados ​​por: anomalías en las funciones de producción y reabsorción del licor por las meninges; cambios en la presión del propio líquido cefalorraquídeo; Fragilidad meníngea y / o infecciones virales soportadas por Herpes simplex .

En algunos casos reportados en la literatura, en cambio, los quistes de Tarlov (no diagnosticados previamente) mostraron sus síntomas luego de traumas reportados en el área del coxis.

Por lo tanto, la aparición de quistes de Tarlov y la manifestación de sus síntomas podrían ser causados ​​no por una sola causa, sino por una serie de factores diferentes.

Los síntomas

Como se mencionó, los quistes de Tarlov son lesiones quísticas que contienen líquido cefalorraquídeo, ubicadas a lo largo de la columna vertebral y asintomáticas en la mayoría de los casos.

Sin embargo, puede suceder que estos quistes aumenten su tamaño con el tiempo y ejerzan presión sobre los huesos y los nervios espinales en los que se forman. Esta compresión, a su vez, puede conducir a la aparición de radiculopatía.

Dada la presión ejercida por los quistes de Tarlov sobre los nervios, se puede decir que el síntoma principal que causan es el dolor neuropático. Sin embargo, dependiendo de las áreas en las que los quistes de Tarlov ejercen su presión, pueden aparecer síntomas más específicos, como:

  • Adelgazamiento y erosión ósea (especialmente en los casos en que los quistes de Tarlov se localizan sacros);
  • Dolores lumbosacros;
  • ciática;
  • Dolor en las extremidades inferiores;
  • Parestesia o hipoestesia de las extremidades inferiores;
  • paraplejia;
  • Tetraparesia espástica;
  • hiperreflexia;
  • Dolor perineal;
  • Rigidez de los músculos de la espalda y cuello.
  • Dolor de cuello
  • Atrofia y parálisis muscular;
  • Cefalea relacionada con hipotensión intracraneal;
  • mareos;
  • Dolor cervical.

Es inútil enfatizar cómo estos síntomas pueden afectar negativamente las vidas de los pacientes que están afectados por ella.

Los síntomas relacionados con los quistes de Tarlov también pueden llevar a consecuencias graves, como problemas para caminar, disfunción de la vejiga, trastornos del esfínter y disfunción eréctil.

diagnóstico

Los quistes de Tarlov son una patología real, que, lamentablemente, todavía es poco conocida y no muestra síntomas visibles que ayuden a predecir, o al menos a identificar, el inicio de manera oportuna. De hecho, en la mayoría de los casos, los quistes de Tarlov se descubren por casualidad durante la ejecución de pruebas realizadas para identificar otras enfermedades y, muy a menudo, se definen como "hallazgos ocasionales".

Imagen de un quiste sacro de Tarlov, obtenido por resonancia magnética. Desde el sitio web: tarlovcyst.eu

Sin embargo, el método principal por el cual es posible diagnosticar la presencia de quistes de Tarlov es realizar una exploración de MRI.

tratamiento

Una vez diagnosticado, el tratamiento de los quistes de Tarlov puede depender de varios factores, incluido el sitio en el que se formaron, la sintomatología presentada por el paciente y la gravedad de la enfermedad.

En algunos casos, es posible recurrir a la cirugía, pero los resultados no siempre se esperan.

Sin embargo, con respecto a la terapia con medicamentos, esto consiste esencialmente en un tratamiento paliativo, destinado a aliviar a los pacientes del dolor neuropático continuo que los afecta.

Los principales fármacos utilizados en el tratamiento del dolor neuropático son:

  • Antidepresivos tricíclicos, como la clomipramina;
  • Antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina (o IRSN), como la duloxetina;
  • Anticonvulsivos como la gabapentina y la pregabalina;
  • Analgésicos opioides, como el tramadol;
  • Anestésicos locales, como la lidocaína.

Además, dependiendo del caso, el médico también puede prescribir medicamentos relajantes musculares, como el baclofeno.

Finalmente, en pacientes que sufren de quistes de Tarlov puede ser necesario recurrir al apoyo psicológico, dadas las repercusiones decididamente negativas que esta patología puede tener en la calidad de vida.