psicología

Atelofobia (miedo a las imperfecciones): ¿Qué es? Causas y síntomas y cuidado de G. Bertelli

generalidad

La atelofobia es un trastorno de naturaleza psicológica caracterizado por el miedo a las imperfecciones, en cualquier área de la vida diaria (apariencia física, relaciones interpersonales, actividades escolares o laborales, ideas y convicciones).

Esto se traduce en una constante sensación de inadecuación que conduce a una búsqueda continua y agotadora de la perfección . Aquellos que sufren de atelofobia piensan que todo lo que se hace en la vida diaria es incorrecto o no lo suficiente para las expectativas de los demás. Esta tendencia a la insatisfacción general se acompaña de ansiedad y, al igual que con otros trastornos fóbicos, a menudo implica síntomas somáticos como: sudoración acentuada, escalofríos o sofocos, latidos rápidos del corazón, náuseas y sensación de que no hay oxígeno. La atelofobia puede tener repercusiones negativas en la vida cotidiana de una persona, en términos de limitaciones en la vida social y laboral. Afortunadamente, este trastorno se puede abordar con un camino de psicoterapia.

¿Qué

La atelofobia es una condición en la cual existe un temor extremo de no poder lograr la perfección en ninguna de las acciones, ideas o convicciones de la persona.

Atelofobia: definición

La atelofobia es un trastorno sostenido por el temor de no estar a la altura o de no poder realizar cualquier actividad. El paciente se vuelve muy crítico con todo lo que dice o hace y manifiesta una tendencia a la insatisfacción general que resulta en la inseguridad en muchas áreas. La atelofobia no está dirigida solo, por lo tanto, a las imperfecciones de su apariencia física, sino que también afecta las actividades normales de la vida diaria.

La gravedad de la atelofobia puede variar ampliamente de una persona a otra. En casos severos, pueden ocurrir síntomas físicos o ataques de pánico en toda regla, con sudor frío, aumento de la frecuencia cardíaca (taquicardia), náuseas, falta de aire y sensación de asfixia.

La palabra " atelophobia " deriva del griego " atelès ", que significa " imperfecto, incompleto ", y " phóbos ", es decir, " miedo " o " fobia ".

Causas y factores de riesgo

La atelofobia se clasifica como un trastorno de ansiedad apoyado por la idea de tener que alcanzar la perfección . Esto hace que el atelofóbico se ponga continuamente en objetivos, a menudo imposibles de alcanzar, para sentirse gratificado y aceptado . La atelofobia se mantiene así en un círculo vicioso : la tendencia a tener expectativas exageradas, a alcanzar la perfección deseada, conduce a la decepción por no poder llegar realmente al destino deseado. Como resultado, las personas que padecen esta afección buscarán constantemente refinar, volver a trabajar o mejorar algo que ya es muy apreciado por quienes lo rodean.

Se debe enfatizar que el miedo a la imperfección va más allá de querer hacer las cosas de la manera más competente posible: la atelofobia se convierte en una obsesión que destruye las relaciones y hace que sea casi imposible trabajar en la sociedad.

Atelofobia: ¿quién está en mayor riesgo?

La atelofobia es un trastorno que afecta principalmente al sexo femenino, ya que es más vulnerable a las comparaciones y comparaciones en comparación con los hombres. Esto lleva a las mujeres a experimentar un sentimiento continuo de ser juzgadas por otros, en función de su apariencia física o los resultados obtenidos en la vida. Claramente, estas presiones condicionan a las personas, mujeres u hombres más susceptibles, hasta el punto de desencadenar atelofobia.

¿Por qué sufres de atelofobia?

Las causas de la atelofobia no siempre son fácilmente identificables. Varios factores pueden contribuir al trastorno, incluidos los factores ambientales, de carácter y biológico-genéticos.

A menudo, la atelofobia se desencadena por traumas, episodios dramáticos relacionados con ciertos períodos de la vida, recuerdos dolorosos de una pérdida o fracaso, expectativas demasiado altas de amigos o padres u otros eventos tan negativos que son imposibles de aceptar. Por lo general, estas experiencias aumentan la inseguridad y conducen a culparse a sí mismas por su fracaso, haciendo que el sujeto se sienta inadecuado .

En otros casos, puede ser una fuente externa (por ejemplo, un padre, amigo o colega) que convenza al individuo atelofóbico de ser imperfecto e incorrecto. Las relaciones sentimentales terminaron mal y la tendencia al perfeccionismo puede contribuir a la atelofobia.

Síntomas y complicaciones

Los que sufren de atelofobia aspiran a corregir sus defectos y alcanzar la aprobación de los demás . El paciente está constantemente en el límite y siente la presión de continuar trabajando hasta alcanzar la perfección. Un alto grado de excitabilidad es común, al igual que el insomnio y la incapacidad para relajarse, incluso por un par de momentos. Sin embargo, al perseguir este objetivo, el atelofóbico a menudo está tan asustado que no puede entender que es incapaz de completar los proyectos que se propone, porque es inalcanzable o no se considera lo suficientemente bueno, por lo que abandona la actividad.

Si no puede hacer nada a la perfección, el sujeto afectado por la atelofobia muestra una fuerte decepción y una tendencia al pesimismo .

Los síntomas y la gravedad de la atelofobia pueden variar de un caso a otro: algunas personas experimentan una sensación de insatisfacción general o una ligera molestia que afecta negativamente a la vida cotidiana; otros muestran, en cambio, una seria sensación de angustia que, en casos extremos, provoca ansiedad y / o ataques de pánico en toda regla.

Atelofobia: ¿qué síntomas implica?

Los síntomas de la atelofobia suelen incluir:

  • irritabilidad;
  • Dificultad para no pensar en sus propias imperfecciones;
  • Visión pesimista;
  • Baja autoestima;
  • Deseo de ser perfecto en cada área (física, profesional, familiar y social);
  • Desilusión extrema si fallas en algo;
  • Preocupación constante por el desempeño de sus actividades;
  • Emociones negativas como la ira, la tristeza, la insuficiencia y la culpa.

Por lo general, en aquellos que sufren este trastorno, cualquier situación estresante o angustiosa provoca un miedo que lleva a un comportamiento definido de "lucha o huida".

Esta reacción también ocurre en otras fobias: el cuerpo está respondiendo al estímulo fóbico con una expresión extrema del instinto de supervivencia, lo que resulta en una respuesta anormal a nivel emocional, evidente para la manifestación de síntomas somáticos. En otras palabras, la mente interpreta el pensamiento de ser imperfecto como una amenaza, por lo que prepara automáticamente el cuerpo para alejarse de este peligro potencial representado por la situación atelofóbica. Esta excesiva respuesta emocional es uno de los signos más claros de que una persona es víctima de un trastorno fóbico.

La atelofobia puede manifestarse con síntomas físicos tales como:

  • lamentos;
  • temblores;
  • Latidos acelerados;
  • Escalofríos y piel de gallina;
  • Sudor frío o, por el contrario, sofocos;
  • Hormigueo y picazón;
  • Náuseas y / o vómitos;
  • Dolor de cabeza
  • Sensación de aliento y asfixia;
  • adormecimiento;
  • Sensación de desmayo o mareo;
  • Confusión y sentimiento de "cabeza vacía";
  • Sentido de opresión o dolor en el pecho;
  • Aumento de la tensión muscular;
  • Boca seca
  • Inquietud constante;
  • Mayor necesidad de ir al baño (diarrea, urgencia urinaria, etc.)

Atelofobia: posibles consecuencias.

La atelofobia puede limitar en gran medida la vida de quienes la padecen, ya que puede influir en múltiples actividades y contextos, como el trabajo o las relaciones cotidianas, además de causar una gran incomodidad. Con el tiempo, los síntomas se activan solo con pensar en las situaciones que típicamente desencadenan el trastorno y, en casos extremos, pueden provocar suicidio, depresión, trastornos de la alimentación y esquizofrenia.

diagnóstico

Si los síntomas de la atelofobia limitan significativamente la vida diaria normal y persisten durante más de seis meses, es recomendable consultar a un médico, psiquiatra o psicólogo para identificar y definir el problema.

La evaluación inicial del sujeto atelofóbico es fundamental para comprender las razones que subyacen a la incomodidad, identificar su significado y cuantificar su alcance.

Por lo tanto, el médico:

  • Le pide al paciente una descripción de los síntomas y qué los desencadena;
  • Trate de determinar qué tan graves son los síntomas;
  • Excluye otros tipos de trastornos de ansiedad o patología general.

Para formular el diagnóstico de atelofobia, es importante que el médico observe la reacción del paciente ante la idea del fracaso.

Tratamiento y remedios.

¿Cómo se puede superar la atelofobia?

La atelofobia se puede manejar con un camino terapéutico dirigido a abordar los estímulos de ansiedad y las manifestaciones resultantes.

La elección entre las diferentes intervenciones o la combinación de éstas depende de la persona y la gravedad del cuadro clínico. Las estrategias más efectivas incluyen técnicas de relajación, meditación y psicoterapia cognitivo-conductual . Estas intervenciones tienen el objetivo de inducir al paciente a racionalizar el temor de no poder alcanzar la perfección y encontrar formas de revertir la tendencia. El terapeuta puede ayudar al paciente a centrarse en la posibilidad de reaccionar a los pensamientos que provocan ansiedad y cambiar el círculo vicioso, abordar las creencias negativas asociadas con el trastorno y cambiar su tamaño.

En combinación con el tratamiento psicológico, el psiquiatra puede prescribir la terapia con medicamentos durante cortos períodos de tiempo para controlar los síntomas asociados con la atelofobia, como la ansiedad. Los medicamentos que suelen estar indicados son las benzodiacepinas, los betabloqueadores, los antidepresivos tricíclicos, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO). Se debe enfatizar que el uso de drogas puede calmar el problema temporalmente, pero no lo resuelve permanentemente.

La terapia de atelofobia debe restablecer un equilibrio en la vida, que no elimine los aspectos positivos de la competencia ni ahogue la creatividad del individuo. Durante el viaje psicoterapéutico, la frustración de no ser perfecto debe ser reemplazada por un sentido de logro por un trabajo bien hecho.