El cerebro y el ojo trabajan juntos para reconocer y procesar la información visual. La luz entra en el ojo, donde la retina traduce la imagen percibida en señales nerviosas que se envían, gracias a las vías ópticas, al cerebro. El último fusiona los estímulos visuales provenientes de cada ojo en una única imagen tridimensional.
Por lo tanto, para la correcta visión binocular, es importante que ambos ojos estén orientados en la misma dirección.
El proceso que permite que la visión binocular comience a desarrollarse desde los primeros meses de vida y, durante la infancia, la alineación normal de los dos ojos permite desarrollar una buena visión. En el estrabismo, dado que los ojos están desalineados y no están orientados en la misma dirección, solo un ojo fija un objeto. El riesgo es que el ojo desviado y no utilizado se vuelva lento debido al establecimiento de ambliopía. Además del daño estético, por lo tanto, la consecuencia más grave del estrabismo es la pérdida de visión con ambos ojos (binocular).
