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Síntomas Inflamación del tendón de Aquiles

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definición

La inflamación del tendón de Aquiles es un trastorno que afecta la estructura fibrosa y elástica ubicada cerca de la conexión entre el músculo tríceps de la sura (formada por los músculos gastrocnemios y el sóleo) y el hueso calcáneo.

En la mayoría de los casos, el proceso inflamatorio se desarrolla después de micro traumas repetitivos y cambios degenerativos que, con el paso de los años, terminan dañando las fibras que forman el tendón de Aquiles.

La inflamación también puede contribuir a lesiones traumáticas graves (como estiramientos repentinos) y vicios posturales.

Esta tendinitis es muy frecuente entre los atletas que corren: durante esta actividad deportiva, de hecho, el tendón de Aquiles contribuye al paso de elevación del escalón, transmitiendo al hueso la fuerza impresa por los músculos y permitiendo el movimiento.

Inicialmente, los esfuerzos repetidos durante el accidente cerebrovascular, combinados con un tiempo de recuperación insuficiente, pueden causar inflamación del paratenón (tejido adiposo adiposo que rodea el tendón), seguido de la del tendón.

El riesgo de inflamación del tendón de Aquiles puede aumentar en presencia de enfermedades sistémicas, como artritis reumatoide, gota, hipercolesterolemia y diabetes. Algunos antibióticos de quinolona e infiltraciones repetidas con corticosteroides también pueden aumentar el riesgo de tendinopatía y rotura del tendón.

Síntomas y signos más comunes *

  • Tobillos hinchados
  • Dolor en el talón
  • Dolores en las articulaciones
  • eritema
  • Hinchazón de las articulaciones
  • debilidad
  • nódulo
  • Rigidez articular
  • Ruidos de juntas

Direcciones adicionales

El síntoma principal de la inflamación del tendón de Aquiles es el dolor localizado en la región posterior del calcáneo; este sentimiento aumenta o aparece al hacer un movimiento que involucra el uso de la parte involucrada en el proceso inflamatorio. El dolor también se siente al presionar el área y se asocia con una disminución notable en la fuerza muscular.

La participación de las vainas tendinosas puede causar hinchazón, calor al tacto y, en raras ocasiones, enrojecimiento de la piel que lo recubre.

Continuando con el ejercicio físico, el dolor puede disminuir, pero puede reaparecer al final del ejercicio físico. En cualquier caso, el movimiento no es una buena solución: el tendón de Aquiles inflamado, si se somete a un esfuerzo, puede sufrir una rotura total o parcial.

La inflamación del tendón de Aquiles se diagnostica a través del examen clínico del paciente, posiblemente respaldado por imágenes de diagnóstico (rayos X, ultrasonido, resonancia magnética nuclear, etc.).

La terapia de tendinitis de Aquiles incluye reposo, uso de hielo en el área afectada y el uso de medicamentos antiinflamatorios.

Además, la infiltración de cortisona y fisioterapia pueden estar indicadas durante el tratamiento. El desglose completo del tendón de Aquiles, por otro lado, requiere reparación quirúrgica.