nutrición y salud

Proteínas Animales, Colesterolemia Y Tumores

En los últimos años, en el campo nutricional están surgiendo varias corrientes de pensamiento diametralmente opuestas. Algunos basados ​​en investigaciones científicas bien confirmadas, otros basados ​​en convicciones individuales poco probadas. En particular, por un lado, existe una explosión real de dietas para adelgazar con súper proteínas ricas en ingredientes de origen animal, y por otro lado, la propagación del veganismo como prevención contra los trastornos metabólicos y neoplásicos.

Los autores de " The China Study " afirman que, tanto en cobayas como en humanos, el consumo de proteínas animales aumenta los niveles de colesterol en la sangre.

Con ellos, incluso las grasas saturadas y el colesterol de los alimentos parecen participar en el aumento de los niveles de este lípido en la sangre, aunque en menor medida en comparación con las proteínas.

Por el contrario, los alimentos de origen vegetal no contienen colesterol y, con diversos mecanismos de acción, también ayudan a disminuir el colesterol de origen endógeno; La disminución de la colesterolemia sería, por lo tanto, de origen multifactorial pero siempre vinculada a los alimentos vegetales.

En la China rural (de ahí el nombre del estudio), la ingesta de proteínas animales por persona es en promedio igual a 7.1 g / día, mientras que en América el promedio es de 70 g / día. Dado que la China rural es un área caracterizada por una incidencia muy modesta de enfermedades metabólicas, molestias cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, la correlación se considera más que significativa.

Para concluir, los resultados del " Estudio de China " indican que: cuanto menor sea el porcentaje de alimentos de origen animal en la dieta, mayores serán los beneficios para la salud, incluso si esto conlleva una reducción de este componente de alimentos hasta alcanzar una cuota. entre 0 y 10%.

En caso de predisposición a cualquier enfermedad degenerativa entre las personas influenciadas por la dieta, no es razonable pensar que el porcentaje de productos de origen animal puede ser igual a 0.

Obviamente, esta es una declaración muy fuerte que no ha encontrado resultados inequívocos dentro de la comunidad científica. Por lo tanto, sería aconsejable tener en cuenta estos resultados pero no tomarlos literalmente. En la práctica, considerando la tendencia actual en la mayoría de los países occidentales, una reducción en los alimentos de origen animal sería ciertamente deseable; sin embargo, caer por debajo del 10% o incluso alcanzar el 0% podría inducir a algunas deficiencias nutricionales que no se deben subestimar.