psicología

megalomanía

generalidad

La megalomanía es una manifestación psicopatológica caracterizada por una apreciación exagerada de uno mismo y de las propias capacidades.

El sujeto megalómano normalmente asume actitudes superiores, tiende a sobresalir y se compromete a llevar a cabo empresas desproporcionadas con respecto a sus propias fortalezas.

La megalomanía es una expresión de un deseo patológico de sentirse dignos de admiración ante los ojos de las personas con las que se establecen relaciones. Contrariamente a lo que aparece, estos temas esconden una fragilidad extrema.

Un enfoque útil para superar esta actitud es la psicoterapia.

causas

En algunos casos, la megalomanía se origina a partir de una relación conflictiva con la imagen de uno mismo ; Esto puede manifestarse desde la infancia debido a la exposición a juicios muy negativos, acompañados por la burla, el desprecio o la compasión de los demás. Por lo tanto, la megalomanía sería una especie de escudo con respecto a la imagen negativa que el sujeto tiene de sí mismo, determinado por la baja autoestima y la profunda inseguridad.

En otros momentos, la autoexaltación depende de una concepción de la magnitud individual que atormenta a los megalómanos y puede presentarse como consecuencia de expectativas demasiado altas de los modelos de referencia.

La megalomanía puede ser un síntoma de desórdenes paranoicos y maníacos. En la mayoría de los casos, sin embargo, no hay enfermedades subyacentes reales, sino tendencias que caracterizan la arrogancia y la voluntad de imponer su propia imagen y su propio pensamiento de manera autoritaria.

Como se manifiesta

La megalomanía se manifiesta con el concepto de ser considerado a toda costa superior a cualquier otra persona. Esto hace que el sujeto que sufre busque a otros en sus propios talentos; La consecuencia directa de esta actitud es la voluntad de no aceptar u oponerse a alguien con talento o demostrar una inteligencia cercana a la imagen idealizada.

El megalómano también vive en un estado de exceso maníaco permanente, es decir, entusiasmo exasperado y autoestima exagerada. Este comportamiento lo hace presuntuoso, arrogante, egoísta y exhibicionista.

En realidad, el megalómano tiene una autoestima muy baja y es vulnerable a la más mínima crítica. Si aumenta el nivel de estrés, puede sufrir fácilmente un colapso depresivo e incurrir en un estado de inercia o, por el contrario, puede manifestar la tendencia a desafiar al mundo ( hiperactividad maníaca ).

Con el tiempo, la megalomanía puede determinar una distancia entre la realidad del mundo circundante y el sujeto, que pierde la medida correcta de los valores de las personas, las cosas y sus acciones.

Diagnóstico y tratamiento

En el nivel diagnóstico, el megalómano presenta rasgos de personalidad tanto histriónicos como narcisistas.

El histriónico hace todo lo posible para llamar la atención y ganar la admiración de los demás; El narcisista, por otro lado, tiene una gran autoestima y se considera un individuo extraordinario.

La megalomanía se puede tratar con psicoterapia cognitivo-conductual .

El objetivo de esta intervención es investigar los orígenes de esta actitud y comprender de dónde proviene la concepción de la autoimagen negativa.

La psicoterapia también tendrá que lidiar con los mecanismos de defensa que pueden surgir en oposición a la grandiosidad, como el estado de inercia o la hiperactividad maníaca. Finalmente, el tratamiento debe resolver la dependencia arraigada del sujeto a partir de la opinión de otros, ayudándole a superar el conflicto entre la imagen social visible para otros y la internalizada que coincide con su identidad.

Además, dependiendo de las necesidades específicas del paciente, el médico puede indicar un tratamiento farmacológico basado en antidepresivos o estabilizadores del estado de ánimo . Si el sujeto es víctima de ideas delirantes, en su lugar, se pueden prescribir antipsicóticos.