Después de descargarse con un grito liberador, muchas personas se sienten mejor. Este fenómeno encontraría una explicación en la composición química de las lágrimas de origen emocional, diferentes a las basales que humedecen los ojos, incluso si provienen de las mismas glándulas.
Las lágrimas vertidas en respuesta a una estimulación de la esfera emocional, de hecho, contienen más proteínas, hormonas producidas en respuesta al estrés (corticotropina y prolactina) y manganeso (que se encuentra en altas concentraciones en el cerebro de las personas que sufren de depresión).
En las lágrimas emocionales, además, se encontraron rastros de un endotelio inducido por el cerebro, llamado Leu-encefalina, que alivió el dolor y pudo liberar las ansiedades y tensiones acumuladas.
