fisiología

Vesícula biliar o vesícula biliar

La vesícula biliar o vesícula biliar es un órgano del sistema digestivo responsable de la acumulación y concentración de la bilis, un líquido amarillo verdoso producido por el hígado para facilitar la digestión y absorción de grasas y vitaminas solubles en grasa, y para neutralizar la acidez de la bilis. Quimo procedente del estomago.

La tarea de la vesícula biliar es precisamente la de acumular la bilis durante el ayuno, vertiéndola en la parte inicial del intestino delgado después de las comidas. Este "tanque", también conocido como vejiga biliar, es un órgano piriforme hueco, de 7-10 cm de largo, 2.5-3.5 cm de ancho y 1-2 mm de espesor. La capacidad de la vesícula biliar se estima en alrededor de 30-50 ml, pero puede aumentar en condiciones patológicas, teniendo en cuenta la distensibilidad de la pared.

La vesícula biliar se aloja en una depresión, denominada hoyuelo quístico, en la cara inferior del hígado y se puede dividir anatómicamente en tres porciones: de derecha a izquierda, de abajo hacia arriba y de adelante hacia atrás. Nombre base (más dilatado), cuerpo (más voluminoso) y cuello (más estrecho). Esta última parte de la vesícula biliar continúa en el conducto cístico, un canal de 3/4 cm de largo que se une al conducto hepático para formar el conducto biliar común.

Más abajo, cerca de su salida en el duodeno (la parte inicial del intestino delgado), la bilis común también recoge el jugo producido por el páncreas, que también es de importancia fundamental para los procesos digestivos. Como se muestra en la figura, hay un esfínter (esfínter de Oddi) que se dilata después de las comidas y el encogimiento en el ayuno regula el flujo de jugos hepáticos y pancreáticos en el intestino. Cuando este engrosamiento de la musculatura común del colédoco se contrae, la bilis producida por el hígado tiende a acumularse en la vesícula biliar (condiciones típicas del ayuno); viceversa, cuando se dilata (después de la comida) la bilis que proviene del hígado y la vesícula biliar fluye directamente en el intestino. Se ha calculado que, gracias a la reabsorción de agua y electrolitos, la vesícula biliar puede concentrar la bilis hasta 20 veces el volumen original (cuantificable en 600/1000 ml por día). Mientras que en un lado lo concentra, en el otro lado esta vesícula enriquece el líquido biliar del moco.

La superficie interna de la vesícula biliar está cubierta por una mucosa levantada en pliegues, variable en altura dependiendo del estado de distensión del intestino. Sin embargo, algunos de estos pliegues son constantes y fijos, especialmente en el cuello, donde forman los llamados pliegues en espiral o válvulas. En este nivel, la capa muscular también se engrosa, sin producir un esfínter anatómico real, pero de todos modos una estructura que puede asimilarse desde el punto de vista funcional. La mucosa de la vesícula biliar presenta un epitelio cilíndrico, provisto de microvilos en su extremo distal (muy importante, considerando la necesidad de reabsorber agua y electrolitos a través de las paredes quísticas). La contracción de la vesícula biliar, permitida por los haces musculares que forman la toga del músculo liso debajo de la mucosa, determina el paso de la bilis hacia el intestino.

Varias hormonas gastrointestinales realizan una acción importante sobre la motilidad y el consiguiente vaciamiento de la vesícula biliar, actuando simultáneamente sobre el tono del esfínter de Oddi. La más conocida es la colecistoquinina (CCK), que es secretada por la mucosa duodenal en presencia de quimo, especialmente cuando es rica en grasa. Como su propio nombre nos recuerda, esta hormona estimula el vaciamiento de la vesícula biliar, estimulando su contracción y favoreciendo la relajación del esfínter de Oddi; también la secretina, la gastrina, la neurotensina y el polipéptido pancreático tienen una acción favorable, mientras que la somatostatina, el VIP (péptido vasoactivo intestinal), el glucagón y la calcitonina dificultan la actividad de la vesícula biliar. La actividad de esta vejiga también se regula a nivel nervioso a través de aferentes simpáticos y parasimpáticos.

En la vesícula biliar, así como en cualquier otro sitio de los conductos biliares, se pueden realizar cálculos ("guijarros"). Cuando estas concreciones producen síntomas y no pueden ser eliminadas por drogas o por "bombardeo" con ultrasonido, puede ser necesaria la extirpación quirúrgica de la vesícula biliar (colecistectomía); Al ser un órgano no viable, la salud del paciente ya no se ve comprometida (a lo sumo puede quejarse de trastornos gastrointestinales, como esteatorrea y diarrea, especialmente después de comer comidas ricas en grasas). La colecistectomía también puede ser necesaria en presencia de cáncer de vesícula biliar, que sin embargo tiene una incidencia muy baja en la población.