traumatología

TENS - estimulación eléctrica nerviosa transcutánea

generalidad

TENS es sinónimo de estimulación nerviosa eléctrica transcutánea, una técnica médica complementaria que se utiliza principalmente para controlar afecciones dolorosas agudas o crónicas.

La TENS consiste en la aplicación de ligeros impulsos eléctricos en la piel, que activan las fibras nerviosas de gran diámetro, reduciendo la percepción del dolor.

Por lo tanto, el efecto antálgico del TAL debe atribuirse a la inhibición de los aferentes nerviosos implicados en la transmisión nociceptiva ( control de puerta o teoría de control de puerta ). Según esta teoría, la percepción del dolor se puede modular actuando sobre las interneuronas espinales (no dolorosas), que, gracias a la inhibición sináptica, actúan sobre las neuronas responsables de la transmisión de información sobre el dolor. La teoría de la puerta de entrada explica la disminución de la sensación de dolor producida por la TENS y describe cómo las señales que afectan a la médula espinal pueden influir en la percepción del dolor. El efecto terapéutico de la TENS también se debe a la intervención de otros factores, como la liberación de neuropéptidos, incluidas las endorfinas. La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea es, por lo tanto, un método terapéutico no invasivo, eficaz para reducir las manifestaciones dolorosas causadas por una amplia gama de afecciones, que incluyen artritis, dolor de espalda, lesiones deportivas y dolor menstrual. La TENS se aplica comúnmente en el campo de la fisioterapia, pero también se puede usar como un tratamiento complementario a otros enfoques terapéuticos para el tratamiento del dolor. De hecho, el método solo es menos probable que sea efectivo. La aplicación de la TENS se ha estudiado para muchas otras afecciones médicas, pero el beneficio que puede traer en algunas enfermedades es aún controvertido y se necesita más investigación científica antes de que esta técnica médica pueda recomendarse en estas áreas.

Que es la decena

TENS implica el paso de una corriente eléctrica de bajo voltaje a través de la piel, para estimular algunas fibras nerviosas específicas. Se utiliza un generador eléctrico (unidad de suministro o estimulador) para administrar impulsos indoloros, que el paciente debe percibir como una sensación de hormigueo. Un estimulador TENS típico es capaz de modular el ancho de pulso, su frecuencia e intensidad. En general, la corriente eléctrica se aplica a alta frecuencia (> 50 Hz), con una intensidad sensorial o baja frecuencia (<10 Hz), con una intensidad que produce la contracción del motor. La unidad de alimentación está conectada al área cutánea en el área a tratar por medio de dos o más electrodos, aplicados a la piel con parches adhesivos reutilizables. Los impulsos permiten bloquear o reducir las señales de dolor que llegan a la médula espinal y al cerebro, y pueden aliviar los espasmos musculares y otros síntomas dolorosos.

También se utilizan bajas frecuencias de corriente eléctrica para estimular al cuerpo a liberar neuropéptidos y otros mediadores químicos (como encefalinas, endorfinas, opiáceos, sustancias P, etc.), que influyen en la forma en que se percibe y transmite el estímulo doloroso.

La frecuencia, la intensidad y el lugar de aplicación del tratamiento dependen de la condición específica y los objetivos terapéuticos, y representan los parámetros fundamentales a considerar para obtener efectos óptimos durante y después de la estimulación eléctrica. Como resultado, los electrodos se pueden colocar en varias regiones del cuerpo. Generalmente, cuando se enciende la unidad de alimentación, los efectos sobre el dolor se registran aproximadamente después de unos 40 minutos. Una vez que se apaga el instrumento, algunas personas pueden obtener un alivio duradero, pero este resultado no es común. Actualmente, varios ensayos clínicos tienen como objetivo demostrar la confiabilidad y seguridad de TENS. La experiencia ha demostrado que este método es efectivo solo para algunos pacientes y que el resultado terapéutico depende fundamentalmente de la condición clínica individual. La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea a menudo se usa en personas que no pueden tomar medicamentos para el dolor debido a la intolerancia o los efectos secundarios no deseados.

Una aplicación alternativa de TENS, llamada iontoforesis, permite la administración transcutánea de un medicamento en el cuerpo: una corriente directa permite transmitir el principio activo, a través de la piel, solo a la zona afectada, donde actúa para reducir la inflamación y Produce un alto efecto antálgico.

Aplicaciones potenciales

La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS) se usa en una variedad de entornos clínicos para tratar diversas afecciones asociadas con el dolor agudo y crónico; A lo largo de los años se ha hecho popular entre pacientes y profesionales de la salud.

TENS ha sido evaluado en estudios científicos para los siguientes problemas de salud:

  • Dolor. Varios estudios apoyan la efectividad de la TENS para algunos tipos de dolor; por esta razón, se le conoce comúnmente como terapia física complementaria en el tratamiento de una amplia gama de afecciones agudas o crónicas.

  • Trastornos articulares. La TENS puede aplicarse para aliviar diversos tipos de trastornos articulares, como la artrosis de rodilla, el síndrome patelofemoral o el dolor de la articulación temporomandibular. Sin embargo, los beneficios a largo plazo aún no están claros.

  • Fuerza muscular (rendimiento físico). TENS se usa con resultados alentadores también para la recuperación después del ejercicio, lo que sugiere beneficios potenciales también en los programas de rehabilitación.

  • Dismenorrea. Varios estudios informan que la TENS puede reducir las molestias a corto plazo en los casos de dolor menstrual, disminuyendo la necesidad de recurrir a medicamentos para el dolor.

  • Trastornos nerviosos. La TENS se ha propuesto como un tratamiento para los trastornos nerviosos, como la hemiplejia (parálisis en un lado del cuerpo) y la espasticidad en la esclerosis múltiple. El método también se usa para el dolor neuropático (neuralgia) que resulta del bruxismo (rechinamiento de los dientes) y en las lesiones de la médula espinal.

  • Trastornos cardíacos. La TENS se puede usar para apoyar el tratamiento de ciertas enfermedades cardiovasculares, como la angina y la isquemia cardíaca. Se necesitan más estudios antes de poder sacar conclusiones sobre la efectividad de TENS en esta área; por lo tanto, las personas con enfermedades del corazón deben consultar a un médico para evaluar la posibilidad de beneficiarse de la TENS aplicada a su condición.

  • Dolor del parto. La aplicación de la TENS para el dolor de parto es controvertida. Aunque se han realizado varios estudios, los resultados no son concluyentes. En particular, no está claro si el paso de la corriente eléctrica puede causar efectos nocivos en el feto.

  • Recuperación postoperatoria. TENS se utiliza para el tratamiento del dolor después de varios tipos de cirugía, incluida la cirugía cardíaca y la cirugía abdominal, pulmonar, ginecológica y ortopédica. Algunos estudios reportan beneficios (menos dolor o menos necesidad de recurrir a los analgésicos), mientras que otros no muestran una mejoría clara.

  • Lesiones de tejidos blandos. La terapia TENS se utiliza para tratar lesiones de tejidos blandos, como tendinitis y lesiones de tendones. Sin embargo, los resultados son variables y se necesita más investigación.

  • Alzheimer. Una cantidad limitada de informes de investigación sugiere que la TENS puede mejorar ciertos síntomas del Alzheimer, como el estado de ánimo y la memoria.

  • Enfermedades autoinmunes. TENS también puede aplicarse como tratamiento complementario para muchas enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, la espondilitis anquilosante y el síndrome de Sjögren.

  • Dificultades respiratorias. Algunas pruebas sugieren que la TENS podría ser útil en caso de dificultades respiratorias, si se inserta en asociación con otras terapias dentro de un programa de rehabilitación para la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

  • La depresión. Existe evidencia limitada de que el TENS puede aumentar la eficacia de los fármacos antidepresivos y respaldar efectivamente el tratamiento de la depresión en combinación con terapias apropiadas.

  • Gastroparesia. Un estudio de pacientes con gastroparesia tratados con estimulación nerviosa eléctrica percutánea (PENS) ha reportado efectos positivos. No está claro si estos resultados podrían encontrarse incluso aplicando el método convencional.

  • La esclerosis múltiple. En un pequeño estudio, los pacientes con esclerosis múltiple tratados con TENS mostraron una tendencia a mejorar.

  • Rehabilitación post-ictus. Algunas pruebas demuestran la utilidad de la TENS en la rehabilitación después de un accidente cerebrovascular. En particular, esta técnica puede ayudar a mejorar la función motora en los pacientes.

  • Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Un estudio encontró beneficios moderados en niños con TDAH.

  • Tinnitus. TENS puede aliviar los síntomas del tinnitus (zumbido en los oídos), especialmente cuando el tinnitus no es causado por otras afecciones.

  • La obesidad. La aplicación de la terapia para apoyar la pérdida de peso en sujetos obesos se ha informado. Sin embargo, la evidencia es limitada y la efectividad de la TENS en la pérdida de peso sigue sin estar clara.

  • El estreñimiento. TENS puede aliviar el estreñimiento sin producir efectos negativos. Sin embargo, existe evidencia limitada de que este tratamiento es más efectivo que otras medidas terapéuticas.

Además, algunas investigaciones científicas sugieren que la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS) puede mejorar los síntomas asociados con:

  • Dolor por fracturas físicas / traumas agudos;
  • fibromialgia;
  • Dolor de cabeza (migraña, dolor de cabeza en racimo y algunas formas crónicas);
  • Dolor de espalda
  • náuseas;
  • Neuropatía diabética periférica (dolor neuropático);
  • Síntomas de la menopausia;
  • Herpes zoster (neuralgia post-herpética);
  • Incontinencia urinaria, vejiga hiperactiva e inestabilidad del detrusor;
  • Trastornos circulatorios y presión arterial baja;
  • Atrofia muscular espinal;
  • Claudicación (dolor en las piernas debido a una alteración de la circulación sanguínea);
  • Síndrome del túnel carpiano;
  • Enfermedad de Raynaud;
  • La gota;
  • Notalgia parestésica (neuropatía sensorial caracterizada por prurito localizado en la espalda).

Nota Basado en varias teorías científicas, se ha sugerido el uso de TENS para muchas enfermedades. Sin embargo, todavía hay pruebas limitadas sobre la seguridad o la eficacia de algunas de estas afecciones médicas específicas. Otras aplicaciones de TENS no han sido suficientemente estudiadas para sacar conclusiones definitivas. Por este motivo, es recomendable consultar a un médico antes de recurrir a la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea.

Riesgos y efectos secundarios.

Si su médico o fisioterapeuta ha confirmado la posibilidad de utilizar esta opción de tratamiento, el paciente debe saber que TENS es bien tolerado y seguro. Sin embargo, algunos pacientes no pueden recurrir a esta opción terapéutica.

Cuando no se debe utilizar el TENS:

  • Si se desconoce la causa del dolor o si aún no se ha definido el diagnóstico de la afección;
  • En caso de marcapasos u otros dispositivos eléctricos implantados;
  • Si padece epilepsia o un trastorno del ritmo cardíaco;
  • Si padece una enfermedad grave de la piel.

Los efectos secundarios más comunes implican la aparición de algunas reacciones cutáneas, como irritaciones y enrojecimiento, que se pueden encontrar en aproximadamente un tercio de las personas. Hay casos aislados en los que se informan otros efectos secundarios, entre ellos pérdida de sensibilidad, dolor o sensaciones desagradables (cerca o lejos del lugar de aplicación), dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas, agitación y mareos. Sin embargo, no está claro si TENS es responsable de la aparición de estos problemas. La terapia solo se debe aplicar bajo supervisión médica o bajo la supervisión cercana de un profesional de la salud con experiencia y con licencia. Con un uso excesivo o inadecuado, pueden producirse quemaduras eléctricas y, debido a este riesgo, TENS debe usarse con precaución en personas con sensibilidad reducida, como en pacientes con neuropatía.

La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea no debe utilizarse en pacientes con dispositivos médicos implantados, como desfibriladores cardíacos, marcapasos, bombas de infusión intravenosa, etc. ya que pueden causar interferencia o mal funcionamiento del dispositivo. TENS también está contraindicado en pacientes con neoplasias malignas (según algunos experimentos in vitro, la electricidad promueve el crecimiento celular), mientras que debe utilizarse con precaución en mujeres embarazadas. Aunque varios estudios muestran que se puede aplicar TENS para aliviar el dolor durante el parto, la evidencia sobre su seguridad es limitada y no se conocen los efectos de la estimulación eléctrica fetal. En algunos casos, se han informado aumentos en la frecuencia cardíaca fetal y la interferencia con el equipo de monitoreo fetal. La seguridad de TENS aún no se ha establecido en los niños.