Si apunta directamente a los ojos, los punteros láser pueden causar quemaduras en la superficie ocular y cambios retinianos serios, como la determinación de una maculopatía real.
El haz de rayos puede dañar la retina por calor o por mecanismos fotoquímicos; La extensión del daño depende de la potencia del láser y la duración de la exposición. A riesgo están especialmente los jóvenes que usan estas herramientas de manera inadecuada, considerándolos un juguete.