salud de la próstata

Biopsia de la próstata

¿Qué es la biopsia prostática?

La biopsia de próstata es una prueba de diagnóstico destinada a tomar pequeñas muestras de tejido prostático, que luego se observa con un microscopio óptico para confirmar o excluir la presencia de un carcinoma de próstata.

Indicaciones ¿Cómo realizar? Posibles complicacionesPreparación

indicaciones

¿Cuándo se hace necesario?

El hallazgo de uno o más de los siguientes elementos es una indicación común para la biopsia de próstata:

  • valores sanguíneos elevados de PSA (antígeno prostático específico);
  • Las imágenes sospechosas surgieron durante la ecografía transrectal de próstata;
  • percepción de formaciones anormales durante la exploración rectal de la próstata (el médico introduce su índice en el ano del paciente y toca la glándula a través de la pared intestinal).

El PSA y la exploración rectal son exámenes preliminares, destinados a identificar todos aquellos sujetos que probablemente, aunque no necesariamente, hayan desarrollado cáncer de próstata. En presencia de anomalías, la biopsia de próstata se realiza precisamente para confirmar o negar la evidencia clínica. Como indicación, cada cuatro hombres que se someten a una biopsia de próstata para niveles de PSA moderadamente altos (4 a 10 ng / ml), solo un individuo está afectado por cáncer de próstata después de una biopsia de la glándula.

Por lo tanto, la biopsia de próstata es necesaria cuando existe una sospecha fundada de cáncer de próstata, una enfermedad que representa, aunque solo sea en algunos aspectos, el tipo de cáncer más común entre los hombres. Afortunadamente, muchos tumores de próstata son benignos o evolucionan lentamente, permaneciendo circunscritos durante mucho tiempo en la glándula sin crear alteraciones significativas (la incidencia de estos tumores es muy alta, mientras que la mortalidad es extremadamente baja, por lo que dicen que "mueren más hombres con cáncer de próstata que cáncer de próstata "). Desafortunadamente, también hay casos que no son muy frecuentes en los que la enfermedad se desarrolla rápidamente y forma metástasis en una etapa temprana (la incidencia de estos tumores malignos es relativamente baja, pero la mortalidad es bastante alta).

El cáncer de próstata es muy raro antes de los cuarenta y cinco o cincuenta años, y aunque no haya esquemas de detección precisos, desde esta edad es importante someterse a controles regulares de la glándula, especialmente en presencia de factores de riesgo, como Familiaridad con la patología, o con síntomas sospechosos, como dificultad para orinar, dolores y ardor al orinar, hematuria y sensación de vaciado incompleto de la vejiga (tenesmo de la vejiga). Dado que se debate la utilidad de estas pruebas de "detección" en personas asintomáticas, es importante consultar con su médico para evaluar si se someten o no a pruebas como el análisis de PSA y la exploración rectal digital.

¿Cómo se realiza?

Desafortunadamente, las pruebas no invasivas como el TAC, la resonancia magnética nuclear y la PET no pueden identificar con precisión este tipo de tumor, generalmente muy pequeño, por lo que es necesario tomar una muestra de tejido prostático para someterla a exámenes histológicos.

Biopsia transrectal

Durante la biopsia de la próstata, el paciente generalmente está acostado de costado, con los muslos doblados hacia el pecho o, alternativamente, en la posición "ginecológica" (en posición supina con las piernas separadas).

Una vez que se toma la actitud corporal sugerida por el médico, el urólogo realiza una exploración digital preventiva del recto y la próstata. De esta manera, se establece la ausencia de contraindicaciones, se inserta una sonda de ultrasonido bien lubricada en el ano que, al subir por el recto, permite visualizar la próstata en la pantalla apropiada. En este sentido, el instrumento utiliza un haz de ondas de sonido, evaluando el grado consiguiente de reflexión de las telas; por lo tanto, no hay peligro relacionado con la radiación ionizante.

A través de la vía abierta desde la sonda, con la ayuda de imágenes de ultrasonido, el médico inyecta una pequeña dosis de anestésico (lidocaína) cerca de la próstata, dejando que el medicamento actúe durante unos minutos. Aprovechando una aguja de biopsia especial y las imágenes de ultrasonido, el médico toma en promedio 8/16 fragmentos de próstata, dependiendo del tamaño de la misma, los resultados de las biopsias anteriores y la posible sospecha clínica dada por la exploración rectal. Mientras tanto, la sonda de ultrasonido permite al urólogo controlar continuamente las áreas de la próstata alcanzadas por la aguja.

La técnica descrita anteriormente se llama biopsia prostática transrectal; Una variante de este método, incluso si se usa con menos frecuencia, proporciona acceso a la próstata a través del perineo.

Ambos métodos han demostrado ser efectivos y seguros, por lo que la elección entre los dos depende esencialmente de las preferencias del operador. Las técnicas transperineales y trans-rectales bajo control digital, por lo tanto, sin la ayuda de ultrasonido, han caído en desuso. La biopsia transuretral de próstata con la ayuda de un citoscopio también es bastante rara.