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Síntomas de la alopecia areata

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definición

La alopecia areata es un trastorno caracterizado por la pérdida repentina de cabello y / o cabello en áreas circunscritas. Las causas exactas de origen son todavía poco conocidas. Actualmente, se cree que la alopecia areata es un trastorno autoinmune, mediado por linfocitos T anormales que atacan el folículo piloso y bloquean su actividad.

La alopecia areata afecta a individuos predispuestos genéticamente y susceptibles a factores desencadenantes, como una infección o un fuerte estrés emocional. A veces, la alopecia areata coexiste con vitiligo o tiroiditis autoinmune.

Síntomas y signos más comunes *

  • alopecia
  • leuconiquia
  • Picadura de uñas
  • Prurito en la cabeza
  • Uñas quebradizas
  • Uñas gruesas y opacas

Direcciones adicionales

La alopecia areata generalmente afecta el cuero cabelludo, pero puede afectar cualquier región del cuerpo cubierta de vello. Se manifiesta con la repentina aparición de parches redondeados completamente glabros. En los bordes de estas zonas, el pelo es corto y roto. A veces, también hay alteraciones de la matriz ungueal, como la puntuación de la lámina (picaduras), fisuras o traquioniquia (caracterizada por uñas de aspecto arrugado).

La alopecia areata es una forma de alopecia no cicatricial, por lo que el folículo piloso no se daña irreparablemente ni se reemplaza por tejido fibroso. La enfermedad puede retroceder espontáneamente, volverse crónica o extenderse para afectar todo el cuero cabelludo (alopecia total) o toda la superficie de la piel (alopecia universal). Los factores de riesgo para la cronicidad son la edad de inicio de las primeras manifestaciones (la enfermedad es más agresiva en los jóvenes), la atopia y la participación de la periferia del cuero cabelludo.

El diagnóstico se realiza con la inspección clínica, posiblemente respaldada por la dosis de TSH (hormona estimulante de la tiroides), vitamina B12 y autoanticuerpos circulantes si se sospechan enfermedades concomitantes. El diagnóstico diferencial se compara con tiña capitis, tricotilomanía, lupus discoide y sífilis secundaria.

El tratamiento se basa en el uso de corticosteroides tópicos o por vía intralesional (en el caso de parches pequeños). Por otro lado, los fármacos inmunosupresores sistémicos se utilizan en casos de progresión rápida o muy extensos.