Cuando se cambia de una condición de reposo a un ejercicio intenso, el gasto cardíaco (dado por el producto del rango sistólico para la frecuencia cardíaca) puede aumentar cinco veces.
La figura muestra la distribución de la sangre a los diversos órganos en reposo y bajo estrés. Tenga en cuenta el gran porcentaje de sangre que se transporta a los músculos durante el ejercicio intenso (80-85%).
Las consecuencias a largo plazo de la práctica deportiva determinan un aumento en el número de capilares, especialmente a nivel muscular. El aumento de la capilarización asegura al músculo en actividad un mayor suministro de nutrientes y oxígeno y reduce la resistencia periférica.
La actividad aeróbica, especialmente durante los primeros períodos de entrenamiento, causa un aumento en el volumen de sangre, que es la cantidad de sangre que circula. Este fenómeno facilita la actividad de la bomba cardíaca y promueve la circulación periférica.
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