enfermedades infecciosas

Síntomas de tifo

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definición

La tifoidea (o fiebre tifoidea) es una enfermedad sistémica causada por la bacteria Salmonella typhi . El microorganismo, presente en la orina y en las heces de portadores asintomáticos y sujetos con enfermedad activa, puede transmitirse de una persona a otra por contacto directo (vía fecal-oral) o por ingestión de alimentos y agua contaminados.

La fiebre tifoidea es muy contagiosa y las malas condiciones higiénico-sanitarias predisponen a su difusión. No es sorprendente que en las áreas endémicas, el tifus se transmita principalmente debido al acceso limitado al agua potable y la eliminación inadecuada de las aguas residuales. El período de incubación suele ser de 8-14 días.

Síntomas y signos más comunes *

  • postración
  • anemia
  • anorexia
  • astenia
  • bradicardia
  • escalofríos
  • caquexia
  • diarrea
  • Trastornos del humor
  • disuria
  • Dolor abdominal
  • Dolores en las articulaciones
  • Dolores musculares
  • Hemorragia gastrointestinal
  • hepatitis
  • erupción
  • faringitis
  • fiebre
  • Hinchazon abdominal
  • leucopenia
  • delgadez
  • Dolor de cabeza
  • meningismo
  • Perdida de peso
  • trombocitopenia
  • Sangre de la nariz
  • Sangre en las heces
  • Sindrome nefritico
  • esplenomegalia
  • Estado confusional
  • estreñimiento
  • tos
  • Vertido articular
  • vómitos

Direcciones adicionales

Después de que una persona ha sido infectada, las bacterias se multiplican rápidamente en el intestino y en el torrente sanguíneo. El inicio de los síntomas es gradual, con fiebre alta (39-40 ° C), cefalea, dolor abdominal, dolor articular y muscular, faringitis, estreñimiento, falta de apetito y malestar general.

Los síntomas menos frecuentes incluyen disuria, tos y epistaxis. En algunos casos, aparecen manchas rosadas en la piel del abdomen y el tórax, que desaparecen bajo presión y se resuelven en 2 a 5 días. Cuando la fiebre tifoidea progresa, el riesgo de desarrollar complicaciones aumenta. En la etapa tardía de la enfermedad, pueden ocurrir ataques de diarrea maloliente, acuosa y de color amarillo verdoso. Además, las heces pueden contener sangre.

En el caso de la fiebre tifoidea, se pueden observar esplenomegalia, leucopenia, anemia, pruebas anormales de la función hepática, proteinuria y coagulopatía leve. También puede ocurrir colecistitis aguda, hepatitis y neumonía. En los casos más graves, hay síntomas del sistema nervioso central, como una seria confusión y, en algunos casos, psicosis (la persona no puede entender la diferencia entre la realidad y la fantasía). El diagnóstico es clínico y está confirmado por pruebas de cultivo de sangre, heces y orina. La fiebre tifoidea puede parecerse a la malaria en sus primeras etapas.

El tifus se puede tratar con antibióticos (ceftriaxona o ciprofloxacina). Las terapias alternativas dependen de las pruebas de sensibilidad in vitro. Con tratamiento, los síntomas deben mejorar rápidamente en 3-5 días. Sin embargo, sin la intervención oportuna, las bacterias pueden diseminarse a otros distritos del cuerpo, lo que provoca un empeoramiento de los síntomas y complicaciones graves (sangrado interno, perforaciones intestinales o peritonitis). Además, la fiebre tifoidea puede recurrir.

El período de convalecencia puede durar varios meses. Hay una vacuna disponible y recomendada para quienes manipulan el agua y los alimentos potencialmente contaminados en áreas de alto riesgo.