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La gammagrafía

La gammagrafíaGammagrafia oseaGammagrafia tiroideaGammagrafía miocárdica

La escintigrafía es una técnica de diagnóstico por imágenes basada en la detección de radiación emitida por el cuerpo después de la administración de fármacos radioactivos. Estas señales, debidamente procesadas y registradas por una computadora, permiten investigar de manera efectiva la ubicación, forma, tamaño y funcionalidad de algunos órganos, como la tiroides, el corazón, los huesos, el cerebro, el hígado, los riñones y los pulmones. Por lo tanto, el dispositivo que realiza la escintigrafía no emite radiación, sino que simplemente la recibe de los órganos del paciente donde se concentra el marcador.

Los isótopos radioactivos utilizados en la escintigrafía como fuente de radiación no se usan como tales, sino que se asocian con fármacos específicos que, una vez administrados, se distribuyen principalmente en los distritos del organismo en estudio. Por lo tanto, el papel desempeñado por la fuente radiactiva (trazador) es puramente pasivo, mientras que la distribución y la interacción con el organismo dependen de la sustancia bioquímica o farmacéutica a la que está vinculada.

Estas sustancias portadoras desempeñan un papel particular en el metabolismo de órganos y tejidos específicos; El yodo, por ejemplo, es usado por la tiroides para la síntesis de sus hormonas y, como tal, una vez administrado, tiende a localizarse dentro de esta glándula. Por este motivo, la mayor o menor concentración del radiomarcado en algunas regiones del órgano estudiado refleja el grado de actividad, lo que permite resaltar, por ejemplo, la posible presencia de tumores.

¿Es doloroso el examen? ¿Qué riesgos implica? ¿Hay alguna contraindicación?

La gammagrafía es una técnica simple e indolora, aunque a menudo el trazador radioactivo o el radiofármaco deben administrarse por vía intravenosa. Entre los isótopos más utilizados, se encuentran el yodo 131 y el oro coloidal 198 para las investigaciones del hígado, el cromo 51 para el examen del bazo, la 131 albúmina marcada con yodo para la investigación del cerebro. Las dosis de isótopo administradas son muy bajas y no implican riesgos significativos para el paciente, incluso si el uso de la técnica escintigráfica permanece contraindicado durante el embarazo. Además, por precaución, en mujeres en edad fértil, la gammagrafía se realiza generalmente dentro de los diez días posteriores al comienzo del último período menstrual, para excluir el riesgo de un embarazo en curso. Durante la lactancia, algunas sustancias radiactivas pueden pasar a la leche materna; por lo tanto, a discreción del médico especializado en medicina nuclear, la gammagrafía puede posponerse o realizarse a menos que la suspensión de la lactancia materna sea más o menos prolongada. La escintigrafía también se puede realizar en niños (la cantidad de fármaco utilizada es proporcional al peso corporal) y se puede repetir con el tiempo para evaluar el curso de una enfermedad.

Los marcadores utilizados no deben confundirse con medios de contraste; a diferencia de estos, las reacciones alérgicas a los radiofármacos son extremadamente raras.

¿Cómo realizo la gammagrafía?

En general, no se requiere una preparación específica, aunque en algunos casos, según las instrucciones del médico, puede ser necesario el ayuno o la suspensión de ciertos medicamentos. Por lo tanto, es una buena regla seguir escrupulosamente las instrucciones recibidas del personal de salud al realizar la reserva. Durante la gammagrafía es necesario retirar los objetos metálicos.

El examen escintigráfico comienza con la administración del radiofármaco, seguido de su naturaleza y las características anatomofisiológicas que proponemos investigar, desde un determinado período de espera. Por ejemplo, para la gammagrafía tiroidea y la gammagrafía miocárdica, este intervalo de tiempo es de alrededor de 20 a 60 minutos, mientras que para la gammagrafía ósea se requiere un período de espera de tres horas. Para localizar una infección o para la gammagrafía con yodo 131, el período de espera se extiende a unos pocos días.

La administración de trazadores se realiza casi siempre por inyección intravenosa, más raramente por vía oral (cápsulas) o por aerosol. Después de la espera apropiada, el examen se realiza en una cama fija, en la que el paciente está sentado o acostado; por lo tanto, serán los jefes del aparato (llamado cámara gamma) para realizar movimientos rotativos o de traslación alrededor del organismo; Ya que esta es una instrumentación abierta, no hay problema para las personas que sufren de claustrofobia.

Si se excluyen los tiempos de espera después de la inyección del radiofármaco, la gammagrafía es un examen relativamente corto, variable de unos pocos minutos para el examen de la tiroides a los 20-30 minutos para el hueso y el corazón. La duración de la investigación no está relacionada con el grado de exposición a la radiación, que depende, en cambio, del tipo y la cantidad de trazador administrado.

Al final de la gammagrafía, el examinador puede reanudar inmediatamente sus actividades habituales, sin precauciones particulares; el médico aún puede invitarlo a tomar más líquidos de lo habitual para facilitar la eliminación del radiofármaco; después de usar el inodoro es recomendable dejar que el agua fluya abundantemente y lavarse bien las manos. En las primeras horas después de la gammagrafía, siempre con fines de precaución (la radiación absorbida no es tan peligrosa, pero aún así es correcto para ahorrar una irradiación innecesaria), el paciente debe evitar el contacto cercano con bebés pequeños y mujeres embarazadas.