El rizoma es un vástago horizontal modificado, similar a una raíz; Puede arrastrarse sobre la superficie del suelo o tener una profundidad de unos pocos centímetros. Desde el rizoma se desprenden raíces, brotes, hojas (reducidas a escalas protectoras de las mismas gemas), tallos y ramas, a menudo llamadas retoños, no perennes.

El rizoma tiene la función de acumular nutrientes de reserva y, como tal, tiene un aspecto cilíndrico, alargado e hinchado típico; Otra función importante es producir raíces y tallos que se desarrollan en las yemas. Los rizomas, cuya forma es sin embargo bastante variable, son características de algunas plantas herbáceas perennes, como la candidiasis y la gramínea, que les permiten sobrevivir en dos temporadas de crecimiento sucesivas. En general, el rizoma es perenne porque puede vivir muchos años en el suelo, mientras que el tallo que se desarrolla se seca y cae en el otoño. La capacidad de producir raíces y tallos adventicios distingue al rizoma de las raíces. Si entonces el rizoma se divide en varias piezas, cada una de ellas conserva la capacidad de originar una nueva planta; este proceso, conocido como reproducción vegetativa, es explotado por agricultores y jardineros para la reproducción de plantas con flores; Es la misma razón por la que la gramínea es tan difícil de erradicar.

Los rizomas característicos pertenecen a las plantas conocidas como cúrcuma y jengibre, de cuyos rizomas se obtienen las especias homónimas.